Este martes, el pseudodiputado de la Asamblea ficticia venezolana, Juan Guaidó estuvo como espectador durante el discurso del Estado de la Nación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La llegada del autoproclamado a EE.UU. forma parte de una gira planificada para solicitar, una vez más, injerencia internacional contra el Gobierno constitucional de Venezuela.
La semana pasada, Guaidó vio frustrado su objetivo de mantener una reunión bilateral con Trump, y es así como tuvo que improvisar una reunión en Florida con la llamada “diáspora miamera”.
A pesar de sus encuentros recientes con Mike Pompeo, secretario de Estado, en Colombia, y con James Story, embajador de Estados Unidos en Venezuela, en Miami, Florida; Guaidó termina como un oyente en el Congreso ante el discurso anual del presidente estadounidense.
Donald Trump, en su alocución, aprovechó para reconocer a Guaidó como presidente legítimo de Venezuela.
«Por favor lleve este mensaje de vuelta [a su país]: EE.UU. está unido con la lucha de Venezuela hacia la libertad», subrayó el presidente estadounidense. Igualmente, agregó que «Estados Unidos está liderando una coalición diplomática de 59 países contra el dictador socialista de Venezuela, Nicolás Maduro».
La interferencia del imperio, no se realiza por medio de complots ocultos sino que se trata de una intromisión directa. Desde ayer, Trump pasa a una nueva fase del plan golpista contra Venezuela, llamando a Guaidó presidente legítimo y ya no interino como lo venía realizando.
EE.UU. en su plan aplica una “sincronización” de las medidas coercitivas contra Venezuela y el reconocimiento de la autoproclamación de Guaidó.
Tal escenario muestra que el anuncio dado ayer en el Congreso a Guaidó y a la oposición apátrida viene como resultado de un plan escrito en papel y acordado previamente con la Administración estadounidense, presidido por Donald Trump.
Guaidó ha operado todo este tiempo como un agente de los gringos en Venezuela y varias acciones lo develan:
Preparó el fallido conato de golpe de Estado en Venezuela en viajes secretos que realizó en diciembre de 2018 a EE.UU., Colombia y Brasil y con el apoyo personal de Trump. El resultado de estas reuniones es que el 23 de enero de 2019 Guaidó se autoproclamó “presidente encargado de Venezuela”.
2. “El decreto de amnistía de Guaidó” del 25 de enero de 2019. En este caso Trump, alentó a los militares de Venezuela a aceptar la amnistía ofrecida por el pseudo presidente de la Asamblea Nacional Guaidó.
Trump se dirigió a los funcionarios y militares venezolanos aún fieles al gobierno constitucional de Maduro que pueden elegir entre la “generosa oferta de amnistía de Guaidó (…) O pueden elegir el segundo camino: seguir apoyando a Maduro. Si eligen este camino no encontrarán un refugio, no habrá una salida fácil. Lo perderán todo”, agregó Trump.
3.- El 03 de febrero de 2019 Trump reiteró durante el programa “Face the Nation” su amenaza de que la invasión militar estaba sobre la mesa, es una “opción”, contra Venezuela y alabó a Guaidó “Tienes a un caballero joven y energético y en ese mismo grupo tienes a gente muy muy… si quieres hablar de democracia, eso es democracia en acción», consideró Trump. Tal discurso fue repetido por Guaidó y por el llamado Grupo Lima, liderado por el presidente colombiano Iván Duque.
4.- La acción del 23 febrero de 2019 con la ayuda humanitaria desde Colombia. Guaidó les dijo a los militares: «La orden está dada. De nuevo señores de la Fuerza Armada: permitan que entre la ayuda humanitaria, tienen la oportunidad de ponerse del lado de la Constitución, de las necesidades de la gente». Y Trump les apuntó: “Pueden elegir por aceptar la entrada de la ayuda promovida por Guaidó. No deben seguir las órdenes de bloquear la ayuda humanitaria dada por Maduro”.
«Deben permitir las protestas pacíficas”, señaló Trump. Y Guaidó reafirmó que “El 23 de febrero la ayuda humanitaria entra sí o sí en Venezuela y en todos los rincones del país nos vamos a movilizar…”
A todo este constante plan injerencista y de saqueo contra las riquezas minerales de Venezuela, se suma las tensiones propias de Trump ante la proximidad de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, en las que Trump buscará un segundo mandato, que hace que aumente su atención a Venezuela y Cuba para retener el favor de los estadounidenses de origen cubano o venezolano en el estado clave de Florida.