Argelia ha sido durante años la principal fuente de gas natural para España. Llevarlo desde EE.UU. en barco, es más costoso; además conlleva un tratamiento posterior. Actualmente muchos españoles temen que Argelia tome represalias en las relaciones bilaterales e incluso cambie su política en la venta de gas, y los gasoductos procedentes de ese país.
Tras una decisión unilateral del presidente español, Pedro Sánchez, y en medio de las tensiones en el continente europeo, el Gobierno Español acordó con Marruecos el reconocimiento del Sáhara como una autonomía dentro del Estado vecino. Argelia, el tercer país en discordia, no fue consultado al respecto; estando al tanto de la situación luego de cerrado el acuerdo.
«Las comunicaciones entre España y Marruecos son bilaterales. Exclusivamente» señaló este lunes el ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares.
Tras el anuncio, Argelia llamó a consulta a su embajador en Madrid con efecto «inmediato», gesto habitual de los países cuando ocurre un hecho molesto; o un primer paso antes de romper relaciones o reestructurar acuerdos.
Anteriormente, Marruecos y Argelia rompieron relaciones por el Sáhara, en consecuencia el segundo país cortó, en octubre de 2021, el suministro a uno de los gaseoductos que suministra esta materia a Europa. Con esta acción dejó de beneficiar al país vecino, que se abastecía del paso de este gasoductos por su territorio. Era el gasoducto Magreb – Europa (GME), cuyo contrato Argelia rescindió.
Para la fecha, España celebró una cumbre con Argelia, donde se garantizó el suministro a de gas y se catalogó a los norafricanos como «socios fiables» y prioritarios en materia energética.
Por su parte, el Canciller de China, Wang Yi, afirmó que apoyan «los esfuerzos por una solución justa y duradera basada en el derecho internacional».
Wang manifestó que al contrario de «ciertos países que se preocupan por juegos geográficos, China y Argelia, tienen una larga historia y apoyan la paz y la justicia».
