En Brasil no todos están contentos y convencidos de volver a hacer la Copa América 2021. Y esto no es el arranque repentino y extraño de un país que naturalmente respira fútbol, sino precisamente porque desde hace un año se ha vuelto un peligro respirar en ese país.
La Conmebol sorprendió este lunes con la escogencia de Brasil para volver a albergar el torneo continental luego que por razones sanitarias Argentina quedara descartada.
Siendo esta la razón, nadie entiende porque se lleva la competencia al tercer país con más contagios y el segundo con más fallecidos por covid-19.
La ciudad de Pernambuco reaccionó de inmediato ante la noticia y ha dicho que en esa localidad no se puede jugar La Copa. El corresponsal de Telesur en Brasil, Nacho Lemus informó que las autoridades regionales determinaron que “no darán lugar a las competiciones ya que no lo permite el escenario epidemiológico”.
Esta precaución contrasta de madera dramática con el ánimo del presidente del ente regional del fútbol, quien aseguró que La Copa América “es hoy en día el evento deportivo más seguro del mundo”.
El gobierno de Pernambuco, uno de los estado considerado como eventual sede de la Copa América en Brasil, determinó que no dará lugar a las competiciones ya que no lo permite el escenario epidemiológico. pic.twitter.com/Y2TT3lcQTZ
— Nacho Lemus (@LemusteleSUR) May 31, 2021
Una mala decisión
Pero Pernambuco no es solo el único caso que le hace desaire a la Copa América 2021, sino también los políticos de la oposición a Bolsonaro. Y no lo hacen porque de un momento a otro les dejó de gustar el fútbol, sino porque se trata de un compromiso inoportuno.
Para la presidenta del Partido de los Trabajadores “el país vive la tercera ola de contagios y deberá ahora albergar a miles de personas que vienen con la competencia”.
Brasil reporta en las últimas jornadas más de 40 mil contagios diarios y un incierto programa de vacunación gestionado de manera desordenada por los gobiernos regionales y la administración de Bolsonaro, que además es conocido por su displicencia hacia la enfermedad.
Pero además del rechazo de Pernambuco a albergar la competencia o el repudio en las redes sociales, el diputado Julio Delgado plantea presentar ante la justicia una solicitud para impedir por medios legales este torneo.
El periodista deportivo Bruno Winckler plantea que la competencia debió suspenderse, pero según esto no habría pasado porque la Conmebol busca cumplir como sea con los compromisos comerciales que adquirió con anterioridad.