El “yonofuiismo” marca a cierta clase política de derecha, dentro y fuera de Estados Unidos, ahora en un esfuerzo desesperado por deslindarse de Donald Trump, presidente saliente de ese país. Esto se da desde que se supo que el mandatario resultó derrotado en urnas; más aún desde el pasado miércoles 6 de enero que la insistencia de fraude electoral llevó a sus simpatizantes a asaltar el Capitolio. Entre quienes ahora aseguran que jamás tuvieron nada que ver con Trump, está el senador Marco Rubio, quien de manera desfachatada crítica públicamente a su aliado.
Recordemos que Rubio fue uno de los que más aplaudió e incluso promovió las políticas económicas y diplomáticas del presidente contra Cuba y Venezuela.
Del mismo modo, celebró las directrices de la Casa Blanca desde la llegada de Trump para conspirar contra Latinoamérica.
Traidor u oportunista
La actitud de Rubio es alta traición para quienes lo consideraban un aliado en las políticas implementadas por el republicano.
Mientras del otro lado de la acera se le ve como un vulgar oportunista que ante el fracaso de Trump, intenta distanciarse “sin elegancia, moral ni categoría”.
Para que no se olvide que siempre estuvo en su bando, muchos usuarios han publicado vídeos y entrevistas del senador donde reivindica las acciones del presidente saliente Trump.
Del mismo modo, han recordado su cercanía y participación con la política interior y exterior que ha regido desde 2017.
Sin credibilidad
No importa el bando político, Rubio perdió toda credibilidad y valía porque mostró su bajeza. Si algo debe distinguir a un político es la defensa de sus convicciones hasta el último de sus días, salvo que hubiera que hacer con responsabilidad alguna rectificación.
El senador ha sido uno de los colaboradores de la administración Trump para atacar, sancionar y bloquear a Venezuela. Además, es cercano a los secuaces de Juan Guaidó en Estados Unidos; protagonistas de agresiones contra la nación suramericana de forma despiadada y sin ningún límite.