«El último baile»… ¿del capitalismo? | Por: Salomón Leal

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Ya han pasado varios días desde la finalización de la serie El Último Baile (The Last Dance) que habla sobre la última temporada de Michael Jordan en los Toros de Chicago. El estreno de la serie fue adelantado incluso, faltando algunas tomas para terminar los capítulos ¿La razón oficial? Dar al mundo entretenimiento para quedarse en casa. Sin embargo, tengo buenas razones para pensar que no es tan así. Veamos.

Quien vivió la época del juego de Michael Jordan, al ver estos capítulos es inevitable no sentir nostalgia. Es casi imposible no ser invadido por la melancolía y querer revivir esos momentos de ver al “mejor jugador de basquet” de todos los tiempos. Son 10 capítulos producidos por Netflix (aunque se puede conseguir pirateada en varias páginas), donde se pasea por algunas etapas de la vida de Michael Jordan y, de su gran compañero de juego, Scottie Pippen. También nos enseña un poco de las historias de grandes influyentes en la vida deportiva de Jordan, como Dennis Rodman y el entrenador Phil Jackson. «El Último Baile» es una historia con intriga, suspenso, peleas, asesinatos y finales felices. Cumple con el patrón de 17 pasos de “El viaje del héroe” o monomito -término acuñado por el antropólogo y mitólogo estadounidense Joseph Campbell- descrita en la conocida obra «El héroe de las mil caras» (1949). Dicho patrón se divide en tres etapas: La salida, la iniciación y el regreso.

El Último Baile es una verdadera joya para impulsar la nostalgia y la añoranza por el pasado. Cuenta con un personaje que tiene la capa de héroe desde hace mucho tiempo. Para analizar esta serie, utilizamos la adaptación de Christopher Vogler del monomito de Campbell de 17 a 12 pasos, descrito en el libro llamado «El viaje del Escritor» (texto orientado a la industria del cine). La serie describe el (1) Mundo ordinario del héroe y de sus ayudantes. En este caso, la vida antes del salto a la fama de Michael Jordan, Scottie Pippen y Dennis Rodman. Nos muestra como fue (2) la llamada de la aventura incluso pasando por la subestimación de las capacidades del héroe para la tarea, especialmente en el momento del draft cuando Jordan es elegido de tercero.  El (3) Rechazo de la llamada se observa en el momento de dudas que tuvo Michael Jordan para decidir si jugar baloncesto o béisbol como quería su padre.

El (4) Encuentro con el mentor o deberíamos decir, el encuentro con Phil Jackson, fue un momento de grandeza. Pues, prácticamente se habla de embarcarse a la aventura de obtener campeonatos para la franquicia de los Toros de Chicago. Ahora, el (5) Cruce del primer umbral pudieran plantearse en varios momentos. Para este análisis se sitúa justo cuando pierden la temporada anterior a lograr el primer campeonato. En dicho cruce, se observan (6) las Pruebas, aliados y enemigos en el camino para obtener el primer campeonato. Aunque, en la serie colocan como enemigo desde el inicio al gerente general del equipo de Chicago. El (7) Acercamiento a la guarida del enemigo se ve a lo largo de la serie. Desde los enfrentamientos ligeros con el gerente general hasta con los equipos “archienemigos” en distintas épocas.

La (8) Prueba difícil o traumática se percibe desde el primer retiro de Michael Jordan. En ese momento pierde a su padre (el consejero, el maestro, el amigo, el fan). La (9) Recompensa es el trono obtenido con los tres (03) primeros campeonatos NBA. Luego, comienza (10) el Camino de vuelta al juego de baloncesto. Una vez Michael Jordan decide regresar al basquetbol luego de su breve paso por las ligas menores de béisbol organizado. Luego, logra (11) la Resurrección del héroe con tres (03) campeonatos más. Mostrando todo el potencial como jugador siempre acompañado de su gran compañero de aventuras, Scottie Pippen. Así como Frodo jamás fue abandonado por Sam en «El Señor de los Anillos». Finalmente, (12) Regreso con el elixir al trono del mejor del mundo con tres (03) nuevos campeonatos. Especialmente el último pues, no se trata sólo coronarse con un campeonato, sino indiscutiblemente como el mejor jugador de basquet de todos los tiempos.

El viaje del héroe es físico y espiritual. El héroe debe pasar de la inocencia a la madurez, Jordan pasa de un jugador novato aislado, temeroso que ni bebía licor a ser el líder indiscutible del equipo, consumidor de los tabacos y whiskies más costosos. Aunque pudiera parecer sin intención, Jordan es un producto cultural imperialista para la dominación de las masas. Jordan le dio otro nivel a la NBA; con él entraron a culturas cerradas como la India y China. Hasta en Rusia querían ver jugar a Michael Jordan. Su marca es altamente consumida en estas culturas.

Una serie como El Último Baile en una plataforma como Netflix y ESPN garantiza impactos mediáticos y afectivos a corto, mediano y largo plazo. El día de su estreno, se habla de 23.8 millones de pantallas viendo simultáneamente por la plataforma Netflix. Unos 5.6 millones más por ESPN. Al finalizar la serie, entre ESPN y Netflix, en promedio son 52 millones de pantallas “legales” vieron durante cinco semanas la serie. Dentro de los datos publicados por Netflix destaca, Jordan y su serie lideró los segmentos en la audiencia de 18 a 34 años y de 18 a 49 años. Es decir, pudiéramos decir que la familia se reunió frente a la TV para ver el programa. Por otro lado, no hay fuentes oficiales de cuanto fue el consumo en América Latina y el Caribe, ni Asia, ni Europa donde la marca Jordan es un producto altamente consumido.

Adelantar una serie como esta, es ir tempranamente y de forma directa a las emociones de las personas en un período de “encierro” en las casas. Es ir a las afectividades para llevar a las personas donde se quiere: la añoranza por un producto. En primer momento esta serie busca el consumo de Jordan como marca. En segundo momento, se usa como estrategia de impulso al basquet como entretenimiento, especialmente en las masas antes dominadas como fueron latinos, asiáticos y afrodescendientes. En tercer y último momento, intenta profundizar y/o reimpulsar la dominación ideológica a través del sueño americano. Pues ¿Qué hizo Jordan? Salió de la pobreza, trabajó como el mejor, y fue el mejor del basquet. El mensaje: Si tú eres bueno en algo, en suelo americano puedes hacer tus sueños realidades. O al menos, eso es lo que venden al mundo, cuando la realidad es otra.

En la serie se observa una reafirmación del “americano” entendido como los nacidos en Estados Unidos. Ni los canadienses, ni mucho menos los suramericanos son “americanos”. La serie manda un metamensaje que Dios o los dioses terrenales están en Estados Unidos. Jordan es un “Dios Negro”, quien salió de un sitio humilde (como Jesucristo) para ir hasta la grandeza. Incluso, con resurrección incluida para ir hasta lo más grande. Entonces, ¿qué busca realmente esta serie? Para nadie es un secreto la crisis política, social y económica desarrollada en estos momentos en suelo estadounidense. No existe crisis cultural debido a la estructura hegemónica establecida en ese país para la dominación de masas, tanto internas como externas. En ese sentido, The Last Dance es parte de una serie de estrategias del último baile del capitalismo en el mundo para buscar su supervivencia.

SALOMÓN LEAL

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