Llegó el autoproclamado Juan Guaidó, luego de un tour por varios países europeos y americanos, donde el único logro fue el aumento del bloqueo a la patria de Bolívar; sin embargo también trajo algo trascendental para los opositores que lo siguen, porque según él siempre que una persona viaja quiere traerle “regalos” a sus amigos, y el trajo “aplausos”.
Pero lo más importante de su regreso, es que el pueblo venezolano sí salió a las calles a recibirlo, pero lo que le regalaron fueron abucheos, pitas y desprecio. Otro punto importante es el contraste de cómo llegó a otros países y cómo fue recibido en el país que supuestamente gobierna.
Ante esto no le quedó de otra que buscar refugio en la Plaza Bolívar de Chacao, como siempre al este de Caracas, donde tienen una especie de séquito y de donde nunca han podido salir, ya que no se atreven a pisar otra ciudad venezolana o incluso el oeste o centro de Caracas que, seguramente, lo recibiría como en Maiquetía.
¿Qué dices Harry?
En Chacao fue recibido por un pequeño grupo de diputados derechistas y unas cuantas personas, en lo que parecía una junta de condominio, pero que según los medios de comunicación seria el escenario del discurso del año:
“Traigo el compromiso del mundo libre, dispuesto a ayudarnos a recuperar la Democracia y la Libertad. Empieza un nuevo momento que no admitirá retrocesos y que nos necesita a todos haciendo lo que nos toca hacer. Llegó el momento”
Todo indica que están empezando de cero, o sea que ¿todo el año 2019 fue un experimento errado y una auténtica pérdida de tiempo?
Seguidamente plantea que : “todas las fuerzas políticas, sectores de la vida civil y toda la familia militar” “Nunca la dictadura estuvo tan sola”… “Así que, hoy más que nunca, serán necesarias la unidad, la confianza y la disciplina política. Atentos a los nuevos anuncios. Estamos de vuelta”.
Le preguntamos: ¿entonces las amenazas que hizo a la familia militar el 5 de enero de 2020 de meterlos presos por omisión y complicidad a la supuesta dictadura chavista dónde quedaron? Pues pareciera que tiene la memoria corta.
Lo siguiente lo dice desde las calles de Chacao, como lo dijimos al principio, el único territorio donde tienen cabida: “Aquí estamos, en la calle, con la gente juntos para enfrentar esto junto” e impunemente que: “Los mecanismos de presión van a aumentar. Por polémicos que sean, van a aumentar”.
El fin vuelve a justificar los medios, aquí lo que interesa es “derrocar” a Maduro a como dé lugar sin ver las consecuencias, con actos criminales y genocidas contra un pueblo que lucha y vive el día a día.
“Hoy actuaron grupos irregulares” dijo Guaidó sobre las personas que espontáneamente se acercaron a Maiquetía desde todos los rincones del estado La Guaira, desconociendo el tejido social y organizativo del chavismo, compuesto por mujeres y hombres creyentes en la lucha que libran en sus comunidades; mujeres y hombres que expresaron su valido rechazo.
Posteriormente, el autoproclamado arremete directamente al presidente Nicolás Maduro diciendo: “Es una dictadura cobarde porque no aceptan su destino. Cobarde Nicolás que no enfrentas, no a mí que te derrotamos hace tiempo, sino al pueblo que te quiere sacar de una vez de ahí”, “la dictadura está sola y aislada” ; y finalmente retando a los organismos de seguridad y justicia de Venezuela dice: “Desafié a la dictadura y entré al país; tenemos respaldo del mundo”
Y nos preguntamos, ¿de qué le sirve el respaldo de 50 países? ¿Cuándo derrocaron a Nicolás Maduro? ¿Quién ostenta el poder político y militar en Venezuela?
Las contradicciones y los vacíos discursivos vuelven a jugarle en contra a Juan Guaidó, quien cada día se aleja más de su anhelada presidencia.