Con una publicación que pudiera definirse como un halago sospechoso e inusual, el banco Credit Suisse, aseveró que la República Bolivariana de Venezuela crecimiento de 4% del PIB para Venezuela en 2021.
Los motivos de extrañeza a causa de los pronósticos de la institución financiera internacional, responden a que el país suramericano está sometido a un bloqueo comercial y financiero, al cual las corporaciones privadas como Credit Suisse, se pliegan según las líneas del gobierno de Estados Unidos y algunos de la Unión Europea.
«Proyectamos que Venezuela tendrá su primer crecimiento real de PIB desde 2013. La reanimación de la demanda doméstica, que hemos estado notando desde hace ya un tiempo, está comenzando a ser evidente en la data. Venezuela es un país con grandes crisis en muchos frentes y con algunas de las condiciones de vida más retadoras de América Latina. Sin embargo, el PIB muestra números, no emociones», sostiene Credit Suisse.
Sin embargo, son públicas y notorias las múltiples denuncias que pesan sobre la firma Suiza, por casos reiterados de estafa, corrupción e irregularidades en general. En ese sentido, la mala reputación que se le atribuye al banco envuelve en una atmósfera extraña sus referencias a la economía venezolana.
Credit Suisse es un banco demandado por mil estafas en el mundo, incluyendo algunas en Venezuela. Ramírez sabe de eso. Por cierto si Credit Suisse piensa eso deberia dejar de sancionar y dejar de prohibir nuestras transacciones. Sólo eso. https://t.co/5ZuuLcUR3a
— William Castillo B (@planwac) March 31, 2021
No obstante, el gobierno venezolano impulsa una serie de medidas económicas que buscan romper las sanciones y han logrado establecer alianza estratégicas que muestran sus primeros frutos. Por ejemplo, con la instalación de la nueva Asamblea Nacional, la Ley antibloqueo abrió nuevos espacios para la inversión y la reactivación productiva.
Mala reputación
La corporación financiera Credit Suisse, entre sus registros fraudulentos incluye un récord por recibir en el año 2019, la multa más alta impuesta a un banco internacional. En ese entonces, la agencia incurrió en evasión de impuestos, lo que le costó una multa de 2.500 millones de dólares.
Igualmente, en 2019 el banco suizo estableció una nueva marca, al situarse entre los 10 escándalos financieros más grandes de la historia, lo que derivó en una demanda ante un tribunal del Reino Unido, por una estafa de 1.760 millones de euros.
En esa ocasión, se trató de un grupo de banqueros pertenecientes a Credit Suisse, quienes desviaron millones de dólares; asociados al negocio pesquero y sobornos a funcionarios gubernamentales para la ejecución de distintos hechos de corrupción.