¿Cuánto de nosotras y nosotros se queda en cada tarea asumida durante nuestro compromiso militante?, ¿Qué tanto hemos estado dispuestas y dispuestos a entregar colocando a un lado lo que somos como personas?
Escribo estas líneas sin la más mínima intención de decirte que renuncies a la tarea que has asumido y te eches a andar, todo lo contrario. Escribo desde la sensibilidad de una militante que a diario mira a los ojos a sus compañeras y compañeros de batalla y ve tanta pasión, tanta entrega que no puede evitar levantarse a aplaudirles; haciendo siempre el llamado a sonreír para encarar la tormenta y esta palabra ‘tormenta’ engloba todo. Las espirituales, las emocionales, las físicas, la tormenta de la guerra que con heroicidad estamos enfrentando y las personales, esas de las que nadie habla.
Pensando en ello es que dibujo esta publicación y debo confesarte que tuve mis dudas. Sin embargo, recuerdo las palabras de Simón Rodríguez: “adquirir virtudes sociales significa moderar con el amor propio, en una conjugación inseparable de sentir y pensar, sobre el suelo moral de la máxima; -piensa en todos para que todos piensen en ti- que persiguen simultáneamente el beneficio de toda la sociedad y de cada individuo” esta frase siempre me la repetía el profe Aristóbulo.
Estoy segura que nuestra labor militante nos coloca en la cotidianidad frente a escenarios que en gran medida son gratificantes pero que sin duda alguna – como en toda batalla- el desánimo o el desaliento y quizás el posible cansancio pueden hacerse presentes; a todas y a todos nos pasa. He comprendido que hay que sembrar en nuestros corazones la virtud de la paciencia, de la empatía y de la comprensión histórica no solo en el corto, sino en el largo plazo.
El amor y los cuidados nos han permitido sobrevivir y evolucionar como especie, lo que se va en consonancia con lo establecido en el quinto objetivo histórico del Plan de la Patria “Preservar la vida en el planeta y salvar la especie humana”. Entonces: ¿Qué estás haciendo hoy para mantenerte a salvo y hacer posible la consolidación de la revolución?
¿Estás tomándote un tiempo para escribir y clarificar tus ideas? ¿Le estás dando chance a la ternura para hacerse presente en los ojos de tus afectos más cercanos? ¿Te estás cuidando físicamente, comiendo sano, haciendo ejercicio? ¿Cuántos minutos al día te regalas para permanecer en silencio y escucharte? Cultiva estos hábitos para conservar la calma, para no permitir que el cansancio trascienda y para amarte como un regalo a la Patria / Matria.
¡Defendiendo la alegría, venceremos!
¡Palabra de Mujer!
CAROLYS PÉREZ