Venezuela, donde no se negociará el proyecto político bolivariano ni se limitarán las relaciones con países como China, Rusia e Irán en el plano político y económico, pero donde sí existe la voluntad de entablar relaciones comerciales y diplomáticas que se sustenten en el respeto a la autodeterminación de los pueblos, así como en el principio de ganar-ganar. De esta forma, a pesar de los discursos ofensivos en medio de la campaña y su panfletaria relación con Elon Musk, es posible que Trump se ponga su máscara de diplomático y en aras de mejorar la economía de su país comience a dialogar con el Gobierno Bolivariano dirigido por el presidente Nicolás Maduro para garantizar condiciones que permitan el intercambio comercial óptimo en materia energética, trayendo a la agenda nuevamente temas álgidos como Citgo, las medidas coercitivas unilaterales y el ejercicio de la soberanía sobre el estado Esequibo.
A propósito de esto. La obra expresionista titulada Máscara, creada por el artista norteamericano Jackson Pollock en 1941, me hace pensar que a pesar de las máscaras, ni la atmósfera que la rodea ni el rostro que cubre cambian su esencia, así mismo es el imperialismo. Máscara presenta una vibrante amalgama de trazos y formas disímiles que se cruzan y fusionan para conformar un rostro enmascarado en un ambiente abstracto, aterrador y nuboso, tal y como es el mundo de hoy. La obra invita a todo el que la ve a reflexionar sobre el caos y el instinto humano de sobrevivir. Pollock luchó toda su vida con su adicción al alcohol, pero perdió la batalla y murió ebrio en un accidente automovilístico a los 44 años, cuando ya era una leyenda y una influencia para los jóvenes artistas norteamericanos.
Es necesario destacar que, además de las muy conocidas obras con la técnica del dripping; los rostros, cabezas y máscaras son parte esencial de la obra de Pollock, estos mundos creados por el artista tienen una comunicación profunda con su propia crisis existencial, veo sus cuadros y me parecen tan tormentosos como los discursos de Trump (Le pido perdón al artista). Por sus antecedentes hostiles no le guardo nada de confianza al nuevo presidente, quizá a la inversa de Hitler debería abandonar la política y dedicarse a la pintura, le haría un favor a la humanidad.