El ejercicio de la democracia tiene mucho de arte cinético, así lo demuestra la obra del maestro Juvenal Ravelo, sus módulos cromáticos no son solo un estudio de la luz, el color y las formas, sino que constituyen un ejercicio político transformador al involucrar al pueblo en el proceso creativo que llenará de una nueva conciencia sus vidas. Juvenal pinta con la gente, va color a color definiendo una obra que es también una asamblea, una fiesta… Los espacios los transforma en la medida en que el artista se hace una comunidad.
Sin embargo, aquellos que solo observan la obra ya acabada no salen ilesos de su efecto, pues las obras de Juvenal Ravelo imbuyen a los expectantes en el movimiento. Con este método lo estético cobra un sentido profundamente ético y su aplicación genera atmósferas de paz, integración e identidad- Es lo que ha sucedido en cada intervención que este maestro ha realizado con la gente en las comunidades, por eso expresa con optimismo “una mañana saldremos a pintar nuestras casas con el mismo fervor que pondríamos para cambiar el mundo”.
En el contexto en el que vivimos yo me imagino cada voto como una pincelada, en la consulta popular se hizo a través de la participación protagónica una obra maestra para el país. El proceso inédito de consulta que se realizó junto a las comunidades y consejos comunales de todo el territorio nacional es sin duda un ejercicio político que además de revolucionario podríamos categorizar de hermoso.
Ese mismo 21 de abril Juvenal Ravelo representaba a toda la nación en la Bienal de Venecia y daba muestra de cómo se hace una obra de arte participativa. Su obra, sin saberlo, estaba coordinada espiritualmente con lo que hacíamos en Venezuela a través de los valores de la Revolución Bolivariana, no se trata de un panfleto, sino de una ética que es profundamente policromática. Dice Juvenal reflexionando sobre su obra “este tema del arte de participación en la calle tiene una virtud: participa la gente que está dentro del sistema democrático”.
También he visto una entrevista con el Ministro Ernesto Villegas donde el maestro reivindica el voto como un deber ciudadano y como una oportunidad que todos debemos aprovechar para expresarnos, su obra y su discurso son una misma cosa y eso hay que reivindicarlo, pues no todos los maestros vuelven de París a Caripito con humildad y amor para organizar entre colores un renacimiento festivo del espíritu de la comunidad. Esto demuestra que tanto el arte como la política precisan de hombres y mujeres con conciencia de clase, conocimiento y principios.
El ejercicio de la democracia desde los circuitos comunales de todo el país revoluciona de manera práctica las bases conceptuales de la visión neoliberal del Estado, pues al capitalismo le es hostil la democracia, ya que constituye una vía de organización en virtud de los intereses colectivos, que es antagónica a la acumulación de capital. Hoy en Venezuela cuando se habla de comuna se expresa una especie de cinetismo socialista en el ejercicio del poder, pues la conciencia política acumulada, la organización popular y las posibilidades tecnológicas del siglo XXI, nos permiten observar nuevos movimientos, perspectivas y dimensiones en las formas de administrar el Estado.
La Consulta Popular le deja al gobierno y al país una visión clara de cuáles son las prioridades de la gente en los territorios, son 4500 proyectos que al ejecutarse serán prueba de que es posible desarrollar un poder obedencial al tiempo que se insufla de legitimidad a la dimensión comunal del Estado. Así hemos encontrado el marco operacional y el medio de comunicación para ejercer una nueva forma de presupuesto participativo y potenciar la dimensión política del socialismo territorial del cual tanto nos habló el Comandante Chávez.
Es por eso que tengo la certeza que veremos este tipo de consultas desarrollarse cada vez con más recurrencia en el país y veremos el día en que podamos definir rumbos para las relaciones exteriores o incluso las política económica a través de este método, pues el Poder Popular debe desarrollarse de manera eficiente en un escenario en el que el pueblo organizado tenga el poder de transformar las condiciones capitalistas de dominación. Tal y como los artistas imaginan nuevos mundos, el poder popular, ejerciendo su poder soberano, los hace posible.
El Presidente Nicolás Maduro Moros asevera en que “la democracia no debe ser concebida únicamente como un sistema político, sino como una forma de organización integral de la sociedad, como una forma de vida”, por su parte Juvenal Ravelo propone para lo artístico que “el arte debe salir a la calle con la gente, hablar con la mismo voz del pueblo”. Lo que me hace pensar que estos dos mundos deberían dialogar mucho más, pues a la política le hace falta belleza y al arte poder.
En fin, todos sabemos que los artistas, en este caso los ciudadanos, tiene algo de futuristas, de visionarios, por cuanto estamos hablando de un ejercicio que sienta las bases para un futuro mucho más democrático, justo y hermoso. Personalmente puedo decir que cuando aparenté en la pantalla el botón de votar sentí que toqué el futuro, es lo mismo que siento cuando voy pasando por la avenida Libertador y navegó entre los módulos cromáticos del maestro Juvenal Ravelo.
DAVID GÓMEZ RODRÍGUEZ