Por fortuna se ha visto a un puñado de hombres libres derrotas a imperios poderosos
Simón Bolívar
En 1968, mientras el mundo ardía entre protestas estudiantiles y guerras de liberación, el pintor francés Gilles Aillaud creó La Bataille du riz, una obra donde campesinos vietnamitas, armados con hoces y fusiles, defendían su patria y proyecto histórico frente al imperialismo norteamericano. La escena, con tonos terrosos y atmósfera agraria, reivindica la dignidad y heroicidad del pueblo de Vietnam, que a pesar de su desventaja tecnológica y económica logró vencer al enemigo con una estrategia militar que involucró a todo el pueblo y que celebraron los socialistas de todo el mundo. Hoy, una amenaza similar se cierne sobre nuestra patria, es por eso que el presidente Nicolás Maduro, ante las recientes amenazas de intervención extranjera, ha llamado a prepararnos para asumir una nueva forma de lucha: la armada. En consecuencia, convocó al pueblo organizado a fortalecer la Milicia Bolivariana y ahí estuvimos todos alistandonos en las plazas Bolívar del país. Frente a está contundente demostración de patriotismo y organización el General en Jefe Vladimir Padrino López afirmó que se está trabajando mucho el tema comunal desde el punto de vista militar, enfatizando que cada comuna tendrá sus hombres armados y destacando que ya la Milicia Bolivariana cuenta incluso con fuerzas especiales entrenadas con lugares, misiones y armas asignadas.
En ese escenario, como estrategia de desmoralización, la Milicia Bolivariana, creada por el Comandante Chávez en 2008, ha sido caricaturizada por medios occidentales, incluso el presidente de los EEUU, el despreciable Donald Trump, ha utilizado sus redes sociales para burlarse del pueblo que se organiza en torno a la defensa integral de la nación. Su insolencia muestra su calaña misógina, racista y supremacista. Comete el error de subestimar al pueblo que liberó cinco naciones la última vez que se alzó en armas contra un imperio y ofende a una patria que tiene en la más alta estima a sus heroicas mujeres, a sus negras, a sus viejas, a sus madres… Que han luchado de todas las maneras, arepa por arepa, carajito por carajito, sanción tras sanción y han mantenido a flote la familia, la comuna y al propio país. Trump no entiende que por nuestra madres y compañeras nosotros matamos y nos hacemos matar, que aquí no abandonamos a quienes nos partieron y nos dan amor hasta su último respiro, como si pasa en el norte.
Frente a la actitud hitleriana de Trump, que se ha atrevido en la propia ONU a amenazar a Venezuela hasta con bombardeos, el presidente Nicolás Maduro, como Jefe de Estado y Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, plantea decretar el estado de conmoción exterior, el cual se contempla en el artículo 338 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. ¿Qué significa esto? Que el Presidente podrá tomar decisiones de manera expedita y que todo el Estado se organiza para asumir los escenarios que sean necesarios, garantizando que en ninguna circunstancia se profane la dignidad, la historia heroica y la soberanía de Venezuela. En tal sentido, es necesario que todos y todas entremos en situación y comencemos a hacer el ACA de defensa integral de la nación, tanto en lo familiar como en lo comunal. Pregúntese compatriota ¿Cómo protejo a mi familia de los gringos? ¿Cómo soy útil para defender mi país?
¡Ojo! La referencia al arroz en la obra de Gilles Aillaud no es casual, pues defender la patria no se trata solo de manejar armamento. Si bien en este escenario todos tenemos el deber de adiestrarnos en el manejo de diferentes tipos de armas y explosivos, también es cierto que la inteligencia popular, la producción de alimentos, la comunicación, la mecánica y la cartografía nivel vaquiano son tareas fundamentales en el nuevo escenario de lucha. Así como en La Bataille du rizexiste la heroicidad individual es necesario reivindicar a los colectivos organizados que producen las condiciones para vencer al enemigo. Así funciona la Milicia Bolivariana, valorando el rol de cada individuo y consustanciado redes comunitarias que integran a campesinos, maestros, médicos, obreros y estudiantes. La milicia no es un ejército convencional, es un acto de creación política que responde a la estrategia de guerra popular de resistencia, donde la asimetría se compensa con conocimiento territorial, fusión popular-militar-policial y moral combativa.
El imperio quiere nuestro petróleo y acabar con el bolivarianismo, si viene por las malas, se encontrará con un pueblo que convertirá cada casa, cada taller, cada comuna, cada conuco, cada montaña en una trinchera. Hoy, la milicia se expande en las comunas del territorio nacional y opera como elemento disuasivo para recordarle a Washington que agredir Venezuela no sería una solución a sus problemas, sino una pesadilla de la cual no podrán despertar. Pues no sé trata sólo de La Fuerza Armada Nacional Bolivariana y un escenario de guerra popular de resistencia al que se enfrentarían, sino que también tendrían que asumir las consecuencias políticas, geopolíticas y económicas que acarrearía tal acción, tanto en la región como en el mundo. Tengan la certeza que con esta chispa el movimiento antiimperialista en todo el continente tendría el escenario perfecto para retomar su carácter armado, y lo que ellos llamaron “terrorismo” cuando enfrentaron a las guerrillas de liberación nacional del siglo XX podrían renacer con más fuerza, capacidad logística y experiencia. Desde Argentina hasta México hay gente con muchas ganas de decirle adiós a la “paz” sin justicia y la “democracia” sin desarrollo que ha impuesto la lógica burguesa en gran parte del mundo. Es necesario recordar que cuando Venezuela toma las armas el continente grita libertad y comienza a parir una nueva historia.