Durante su visita a la sede del Comando Sur el fin de semana pasado, el presidente del régimen estadounidense, Donald Trump, se reunió con personajes autoexiliados en Miami en la llamada «Mesa de apoyo para los venezolanos» en la que intervino el empresario venezolano, Lorenzo Di Stefano, propietario del local El Arepazo 2.
De acuerdo a varios medios que hacen vida en Miami, en la reunión, que tuvo lugar en la iglesia Jesus Worship Center en Doral (condado mayormente habitado por venezolanos), estuvieron presentes el congresista republicano Mario Díaz-Balart, el pastor defensor del régimen israelí, Mario Bramnick, Lorenzo Di Stefano, presidente de El Arepazo, la periodista Lourdes Ubieta, Máximo Álvarez, presidente de Sunshine Gasoline Distributors Inc, Ernesto Acraman, presidente de Independent Venezuelan American Citizens, Orlando Gutiérrez Boronat, secretario nacional del Directorio Democrático Cubano, y Rosa María Payá, promotora de la iniciativa Cuba Decide.
Todos los personajes anteriormente nombrados están plenamente vinculados al régimen de Trump y son serviles a sus políticas hostiles contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, países atacados con mayor ahínco durante los últimos meses por Washington. Aunque se crea que no tengan peso político alguno, significan personas de influencia entre los grupos de migrantes en el país norteamericano, altamente alienados.
Hablemos de Lorenzo Di Stefano y El Arepazo
El Arepazo 2, es un restaurante de comida venezolana, que nació en el año 2002 y es conocido por su “terrible atención”, precios exhorbitantes, y comida “malísima”, según indagaciones realizadas en redes. Pero este, es el sitio de concentración de los venezolanos en Doral, Miami, Florida; allí políticos derechistas han llegado a reunirse para formar parte de las arremetidas contra Venezuela desde su autodenominado “exilio”.
Cuenta su propietario, Lorenzo Di Stefano, que su negocio creció cuando muchos de los golpistas que participaron en el golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez en 2002 y luego en el paro petrolero de 2003; huyeron hacia Estados Unidos luego de delinquir en su país atentando contra el propio pueblo venezolano.
Desde Henrique Capriles, Henry Ramos Allup, María Corina Machado, exempresarios que se adhirieron al paro y otro centenar de personeros derechistas y criminales, hasta el propio secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien ha impulsado las medidas coercitivas e ilegales contra la nación venezolana, han pisado este lugar definido por su dueño como «el sitio emblemático de los venezolanos en los Estados Unidos».
El Arepazo y el terrorismo
El mismo Di Stefano con alto orgullo informó en una oportunidad que en el año 2016 crearon una campaña llamada: «Ayuda humanitaria a Venezuela» para supuestamente apoyar económicamente a los guarimberos que participaron en las acciones violentas del año 2014.
Di Stefano le pide más presión a Trump contra Venezuela
Con un inglés bastante mal pronunciado, Di Stefano, dueño del restaurante de comida venezolana, se dirigió a Donald Trump, solicitándole “¿ayuda?” Para los venezolanos, le pidió más sanciones y presiones económicas contra la nación bolivariana y le deseó suerte para las venideras elecciones. ¿Qué pretende?
El mismo que niega cualquier posibilidad de volver a vivir en Venezuela porque «sus hijos se criaron en Estados Unidos»; solicitó «en nombre del pueblo y los estadounidenses republicanos que por favor continúe con más sanciones y más presión económica sobre Venezuela; ya que todos sabemos que la intervención humanitaria no es fácil ejecutarla pero tampoco imposible».