Estados Unidos se pronunció luego del planteamiento del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro; cuando expresó que tienen previsto plantear un diálogo directo con la administración del presidente norteamericano, Joe Biden.
El mandatario venezolano ratificó su voluntad de abordar asuntos bilaterales con los representantes de la Casa Blanca; lo cual responde a la necesidad de atender el impacto de las política desde lo externo, hacia Venezuela.
Por su parte, en una actitud hostil, el Departamento de Estado de EE.UU. no respondió a la sugerencia del presidente Maduro para entablar conversaciones directas con Washington.
Más bien EE.UU. aseguró que donde (Maduro) tiene que «implicarse» es en «discusiones sinceras con sus opositores políticos» para «restaurar la democracia» y lograr una «solución negociada» a la situación política y social en Venezuela; y es que la crisis de la que habla Estados Unidos sobre la nación bolivariana, es ocasionada por el bloqueo impuesto por su propia administración que se mantiene en negativa de restablecer las relaciones con Venezuela por el bienestar de la población.
«Arrogancia, odio y desprecio de EE.UU.»
Por lo anterior expuesto, Maduro expresó que todo sería más sencillo si existiera un poco de sensatez en las élites que gobiernan Estados Unidos; desde donde muestran constantemente arrogancia, odio y desprecio contra el gobierno y el pueblo venezolano. Por lo que pide que cedan.
En este mismo contexto, un portavoz estadounidense manifestó la «esperanza» por parte del gobierno de Biden que el proceso que se lleva a cabo actualmente en México desemboque en «acuerdos duraderos». Sin embargo, es importante resaltar que en esto ha insistido una y otra vez el mandatario venezolano, cuando el gobierno bolivariano se sentó una vez más a dialogar con los actores de oposición por la paz y el desarrollo libre de Venezuela.
Con quienes hoy se sienta el gobierno en diálogo, son los mismos que han impulsado la violencia y medidas coercitivas. Según el propio Maduro han sido los mismos factores opositores que están «en la órbita de dominación de Estados Unidos y la Unión Europea» para asfixiar al país. Por esto se aspira que las negociaciones se concreten para lograr la estabilidad político social de la nación suramericana.