EE.UU. prefiere atacar a Venezuela que salvar a su pueblo

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La pandemia que hoy azota al mundo con más de millón y medio de infectados tiene un patrocinante fundamental: Estados Unidos, que suma 430 mil contagios, superando a China, Italia y España, que fueron cediéndose entre sí el puesto de epicentro. Las cifras son reveladoras: de los 90 mil fallecidos que se registran a escala global, casi 15 mil son del país del norte de nuestra América.

Como buen «policía» del mundo, EE.UU. no enfrenta primero sus problemas internos, sino que bloquea, ataca, difama, invade, interviene y asume una diplomacia de guerra contra los demás países. En este particular contexto, impide el acceso a insumos médicos vitales, bloquea cuentas bancarias, financia y organiza golpes de Estado y se inmiscuye en asuntos internos de otros países. Venezuela es buen ejemplo de esa actitud de gendarme, al ser víctima de una persecución política, con altibajos desde 2000, que con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca se agudizó.

Fuente: datos reportados por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), departamentos de salud locales, Centro Johns Hopkins de Ciencia e Ingeniería de Sistemas y el Instituto de Biocomplejidad de la Universidad de Virginia.

Canciller imperial

El secretario del Departamento de Estado estadounidense, Mike Pompeo, ofreció una nueva rueda de prensa este martes 7 de abril, en la que una vez más arremetió contra el gobierno legítimamente electo en Venezuela: «Ha llegado la hora de que Nicolás Maduro abandone el cargo y de que los venezolanos puedan celebrar unas elecciones libres y justas.

¿Existen Dictaduras legítimas para el canciller imperial?

Pareciera que sí, pues Pompeo señaló en sus declaraciones que “el objetivo es reemplazar la dictadura ilegítima de Maduro con un gobierno de transición legítimo, que pueda celebrar unas elecciones presidenciales libres y justas para todos los venezolanos. Es hora de que Maduro se vaya”.

Nada nuevo. No es secreto que en la historia de la humanidad, EE.UU. ha apoyado, financiado e instaurado las dictaduras más cruentas como la de Augusto Pinochet en Chile y ha depuesto gobiernos como el del libio Muammar Al Gadafi. Y en Venezuela hoy pretenden hacer lo mismo con un personaje construido para tal fin, Juan Guaidó.

«Esos equipos médicos son míos»

Por contradictorio que parezca entre realidad y discurso, EE.UU. ha planteado ser «protector», pero con el brote del Coronavirus se convirtió en el «niégalo todo» de la industria médica internacional, al prohibir expresamente a sus empresas vender equipos, medicinas y demás implementos para combatir a la pandemia.

Para ejemplo un botón: Mike Pompeo señaló en su rueda de prensa que «se restringirá el envío de equipos médicos críticos a otros países». Con esta decisión incluso desfavorece a sus aliados y socios comerciales, lo que demuestra que para el país del norte no hay alianzas inquebrantables si los intereses imperiales así lo deciden. A lo interno el accionar de las autoridades estadounidenses han sido calificadas poco solidario en el momento que más el mundo lo requiere. 

La política «arde» en las internas

En el contexto de la catástrofe norteamericana producto del brote sin control del coronavirus, el precandidato demócrata, Bernie Sanders, decidió retirarse de las primarias de su partido. El senador por Vermont escribió en twitter lo siguiente: «Hoy cancelo mi campaña, pero aunque la campaña termine, la lucha por la justicia continúa». De esta forma deja el camino libre a su contrincante de tolda, el ex vicepresidente de Obama, Joe Biden.

Esta renuncia sienta un precedente importante en la próxima carrera por la presidencia de los EE.UU. puesto que Sanders se había convertido en una esperanza de transformación para latinos, jóvenes, minorías y pobres, que hoy son discriminadas por un sistema privatizado y mercantil, y un gobierno indolente.

A Venezuela no le ha ido bien con ningún presidente estadounidense, pero para sorpresa de muchos, han sido los demócratas los que han tomado las peores decisiones contra la Revolución Bolivariana. Para muestra Barack Obama, fue él quien firmó el infame decreto contra en la que se le declara como «una amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad estadounidense».

Responde Arreaza

El canciller venezolano, Jorge Arreaza, condenó esta nueva agresión alegando que hace parte de una estrategia electoral que muestra que la prioridad del mandatario estadounidense son los próximos resultados electorales y no atender la pandemia de la Covid-19.

 


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