El gobierno de los Estados Unidos, con Donald Trump a la cabeza, no descansa en sus políticas injerencistas contras los países americanos de orientación progresista. A las agresiones permanentes contra Cuba y Venezuela, se suman ahora los preparativos de un plan golpista contra la administración revolucionaria de Daniel Ortega en Nicaragua.
Informaciones recientes develadas por una conocida radioemisora nicaragüense, dejan al descubierto las intenciones del gobierno norteamericano contra la revolución sandinista. De acuerdo con esta versión los gringos quieren desbancar a Ortega, conscientes como están de que el líder sandinista estaría sobrado en las elecciones presidenciales de 2021.
Viejas mañas
Siguiendo un formato que se ha repetido hasta la saciedad en todo el continente, muy especialmente en Venezuela, los estadounidenses quieren crear desestabilización en Nicaragua para luego responsabilizar al propio gobierno.
Juega un papel estelar en esta tarea una organización como la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Esta instancia ha sido la principal fachada, para financiar y armar grupos extremistas. Todo bajo un supuesto manto de legalidad e institucionalidad. En Venezuela la USAID también ha servido para enmascarar el apoyo a grupos violentos de extrema derecha.
Una vez creado el escenario de desestabilización, tal como denuncia la radio emisora La Primerísima, se involucrará en las acciones a la infaltable «sociedad civil». Con esto se buscaría generar zozobra, bien para adelantar la renuncia del presidente, Daniel Ortega, o presionar por un adelanto de las elecciones.
Si no ganan, arrebatan
La apuesta es a que en unas elecciones adelantadas, en medio de una crisis institucional, Ortega pierda fortaleza y pueda ser derrotado por las organizaciones opositoras. Como se dijo esta táctica no es nada nueva.
Con una fórmula similar se han dado varias intervenciones en pleno siglo XXI. Honduras, Ecuador, Brasil, Paraguay, Bolivia y Venezuela han sido escenario, bien de golpes consumados o bien de intentos de golpes de Estado. En todas estas acciones desestabilizadoras sin excepción, aparecen salpicadas las administraciones estadounidenses.
La misma Nicaragua hace apenas 2 años fue objeto de una escalada de violencia, con un formato similar a las guarimbas aplicadas en el país. Producto de esa desestabilización fallecieron 198 personas y se ocasionaron grandes daños a la economía nicaragüense.
Quién puede dudar de la vigencia de la frase visionaria del Libertador venezolano, Simón Bolívar, cuando sabiamente aseguró: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miseria a nombre de la libertad”.
