El congresista estadounidense Albio Sires reconoció que las amenazas de usar la fuerza contra Venezuela no han doblegado al país. El legislador admite además, que su país debe hacer cualquier tipo de esfuerzos para forzar unas elecciones que llaman libres, pero que en el fondo se trataría de un proceso que debería estar asegurado a la conveniencia de La Casa Blanca. Cabe la interrogante, ¿EE.UU. dio órdenes a la oposición de participar en elecciones?
El representante demócrata es un alfil de la casta de disidentes cubanos que operan políticamente para desestabilizar a Venezuela desde ambos partidos en EE.UU.
«Hay que hacer cualquier cosa para llevar a Maduro a una elección. Sé que es un narcotraficante que lidia con terroristas, pero hay que hacer cualquier esfuerzo menos el uso de la fuerza«, dijo Albio Sires.
Si bien esta declaración no reconoce o sugiere que la oposición deba participar en los comicios regionales programados para este año; no falta quien crea que en esta confesión radique la razón de tanta inquietud mal disimulada para competir esta vez en elecciones.
Si desde EE.UU. sus políticos admiten que no debe usarse la fuerza contra Venezuela porque no ha funcionado; hay dirigentes que no quieren seguir demorando sus ambiciones personales para ocupar cargos que se suponían debían venir después de una invasión.
Cada vez son más los dirigentes de la oposición radical que están sondeando la posibilidad de participar en los comicios regionales y municipales.
Esta tentativa que los acerca al redil de la participación democrática que puede celebrar legítimamente cualquier país, al mismo tiempo los coloca en el plano de la contradicción y lejos de sus seguidores más radicales.
El desafío de esta oposición que coquetea competir electoralmente es convencer a los que convencieron antes de que votar era un «acto colaboracionista con la dictadura».
