La Minga social e indígena de Colombia llegó a Bogotá buscando al Presidente Iván Duque, pero aún no lo encuentran. El mandatario se niega a recibirlos porque su protesta le parece un peligro en medio de la pandemia y no tanto lo que ellos denuncian y exigen.
La Minga, además de llevar la carga enorme del desaire institucional, también carga consigo la acusación hecha por el gobierno de que entre ellos hay guerrilleros infiltrados.
Los líderes del movimiento niegan que sean la operación encubierta de algún plan subversivo y aseguran que su motivación es política y su reclamo pacífico.
Durante su recorrido hasta la capital han reiterado que ellos no están pidiendo sino exigiendo el derecho elemental de vivir en paz en sus territorios ancestrales, un deseo sencillo que en Colombia sería un logro extraordinario.
Los líderes indígenas en el interior de ese país son uno de los sectores más vulnerables a la violencia de grupos armados que se disputan el control mafioso de los territorios.
Pero su reclamo no es solo una petición corporativa sino una causa general que se da la mano con otros movimientos sociales que ven en su lucha el mismo espíritu de reivindicaciones que hagan de Colombia un país al alcance de todos.
A falta de presidente, la alcaldesa
Si bien ya están en Bogotá esperando ser recibidos por el presidente Duque, solo les ha atendido la alcaldesa de la capital; quien al menos en público presume una vocación progresista que ve en La Minga una causa legítima que debe ser escuchada.
La gobernante local le habló a la manifestación y dijo lo que el movimiento quiere: «Le reitero presidente Duque, escuche a La Minga».
Claudia López les dio la bienvenida a la capital. Ratificó que la protesta indígena se ha llevado a cabo en paz y en respeto a las normas de prevención en tiempos de pandemia.
“Desde hace varios días hemos coordinado –con respeto a sus tradiciones– la movilización, la organización y la estadía. Les agradecemos muchísimo el cumplimiento de las normas de organización, de las normas de bioseguridad y de seguridad para garantizar; como lo han hecho, una movilización pacífica”, dijo la alcaldesa.
Adicionalmente, Claudia López se pronunció diciendo que «Colombia debe escuchar a la minga, Colombia debe escucharse para poder concertar soluciones. Con todo respeto, como anfitriona en esta su ciudad capital, le reitero el llamado al Gobierno nacional y al señor presidente de la República para que escuchen a la minga, para que escuchen sus legítimas demandas», afirmó.
Simple pero difícil
Esas demandas son elementales pero extraordinarias en Colombia: paz en los territorios, vivir dignamente y respeto a su patrimonio y costumbres. Si bien se mencionan rápido, luchar por estas cuesta la vida en un país desbaratado por la violencia.
Mientras esperan a que Duque cambie de opinión, La Minga sigue en Bogotá esperándole; al mismo tiempo que se incorporan este miércoles al Paro Nacional convocado por los movimientos sociales; con lo que se alarga en Colombia una jornada de protesta que comenzó el año pasado pero que congeló la pandemia.
Nuevo asesinato
Medios locales informan que un dirigente indígena del pueblo Emberá Katío fue muerto a tiros en la mañana de este martes; en el corregimiento Juan José en el municipio de Puerto Libertador en Córdoba. Se trata de Aurelio Jumí Domicó, exgobernador y líder indígena Emberá Katío.
