¿Demócrata?: Macron se niega a entregar el Gobierno

A más de 40 días de las elecciones legislativas, Francia continúa sin un primer ministro, dada la negativa del presidente Emmanuel Macron a nombrar un candidato de izquierda para formar Gobierno, pese a que son mayoría en el Parlamento.

El pasado 7 de julio se celebraron las elecciones legislativas, en las que la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular ganó en la Asamblea Nacional con 182 escaños, la coalición presidencial “Juntos” obtuvo 168 escaños y la Agrupación Nacional se limitó a 143.

Pese a estos resultados, Macron decidió ignorar la voluntad popular y se negó a nombrar al representante de izquierda. Y por el contrario llamó a un nuevo ciclo de consultas con los partidos para tratar de formar un nuevo Gobierno.

Para evitar nombrar a un representante de izquierda, Emmanuel Macron alega que esa designación provocaría una “inestabilidad institucional”.

“Un Gobierno basado únicamente en el programa y en los partidos propuestos por la alianza con más diputados, el Nuevo Frente Popular, sería inmediatamente censurado por todos los demás grupos representados en la Asamblea Nacional”, justificó el presidente francés.

Macron defiende que el supuesto equilibrio estará si el primer ministro es de centro o centro-derecha. Entre los candidatos potenciales está el presidente regional conservador Xavier Bertrand, el exprimer ministro Bernard Cazeneuve y Karim Bouamrane, alcalde de un suburbio parisino.

Así que mientras llegan a un acuerdo, quien ocupa el cargo de primer ministro en Francia es Gabriel Attal del partido Renacimiento de Macron.

Lo irónico de la crisis constitucional que vive actualmente Francia es que ningún medio internacional se ha pronunciado sobre el desconocimiento de los resultados electorales por parte de Emmanuel Macron.

Sin embargo, cuando se trata de Venezuela, donde los representantes de la extrema derecha María Corina Machado y Edmundo González intentaron socavar los resultados electorales, los medios los respalda y se suman a la narrativa de fraude.

 

 


 

Ana Perdigón: