Este domingo 25 de mayo, Venezuela realizará su trigésima segunda elección. Ningún otro país en el mundo, ninguna otra democracia en Occidente, ha realizado tantas acciones que hablen de una profundización de la democracia como en nuestro país.
Estás elecciones tienen varias particularidades. Una, la definición de la fecha de realización fue el resultado de una consulta muy amplia con todos los sectores políticos del país, tanto los opositores como los cercanos al Gobierno Bolivariano. Dos, es la 1° vez, en estos 25 años de Revolución que van juntas las elecciones de gobernador con la de diputados a la Asamblea Nacional. Tres, estas elecciones sirven para ratificar los derechos históricos de Venezuela sobre la región de la Guayana Esequiba, al elegir al gobernador de esa entidad federal. Cuatro, está elección significa elegir más de 560 funcionarios (incluyendo legisladores regionales, diputados y gobernadores) que asumirán en fechas próximas, aunque en el caso de los diputados de la Asamblea Nacional, asumirán el 5 de enero de 2026, tal como lo establece la Constitución Nacional.
Hay además, particularidades referidas al estilo de la campaña electoral, en el caso de las fuerzas del Polo Patriótico, pues los candidatos han sido el resultado de una dinámica, que implicó una consulta a las bases (Ubch, jefes y líderes de calle y comunidad) sobre quienes pudieran ser los candidatos, luego se evaluó también el desenvolvimiento de cada uno de esos candidatos en las responsabilidades que le asignó el partido y finalmente, se tomó la decisión. Estamos, por lo tanto, hablando de un proceso ampliamente democrático y de consulta que no pueden mostrar otras organizaciones políticas.
Si no fuera suficiente, los candidatos han levantado una agenda concreta de acción que responde a las necesidades y requerimientos de cada comunidad, de cada espacio comunal, con sus particulares condiciones políticas, sociales y económicas. Es sin duda, un espectacular ejercicio de democracia, que permite hablar de la profundización de las formas de participación de la sociedad venezolana.
Se trata no solo de una elección más, sino de su significado en términos de las dinámicas del sistema político venezolano. Eso nos convierte en un ejemplo para el mundo y sigue diferenciando nuestra realidad de otras.
Juan Eduardo Romero
ÚN.