Nigeria declaró el estado de emergencia ante la creciente epidemia de decoloración de piel causada por el uso masivo de cremas blanqueadoras. Estas sustancias, que prometen aclarar el tono cutáneo, están provocando graves daños en la salud de millones de personas, desde heridas crónicas hasta intoxicaciones y cáncer.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 77% de las mujeres nigerianas usan estos productos, una cifra muy superior a la de países vecinos como República del Congo (66%), Senegal (50%) o Ghana (39%).
La obsesión por la decoloración de piel se ha convertido en un problema de salud pública, con más de 60 millones de personas expuestas a sus riesgos.
Las cremas, fácilmente accesibles en mercados de Abuya y otras ciudades, contienen ingredientes altamente peligrosos como hidroquinona, corticosteroides, mercurio y plomo. Estos compuestos no solo causan dermatitis y acné, sino también daños renales, infecciones cutáneas y mayor riesgo de cáncer. La OMS ya advirtió en 2018 que su uso debilita la piel, retrasa la cicatrización y aumenta la vulnerabilidad a infecciones.
En febrero de 2023, la Agencia Nacional para el Control de Alimentos y Medicamentos (NAFDAC) activó la alerta sanitaria. «Esta práctica representa una emergencia nacional que exige acción inmediata», declaró Mojisola Adeyeye, directora de la NAFDAC. Desde entonces, las autoridades combaten el problema con prohibiciones, incautaciones de productos y campañas de concienciación.
El fenómeno afecta especialmente a mujeres jóvenes y adolescentes, pero también alcanza a niños y bebés. Fátima, una madre del norte de Nigeria, relata cómo las presiones sociales la llevaron a usar estas cremas en sus seis hijos. Hoy, ellos sufren quemaduras, heridas abiertas y estigmatización. «Quería que tuvieran más oportunidades, pero les arruiné la piel», confiesa.
A pesar de las prohibiciones, los productos ilegales siguen vendiéndose sin control, incluso etiquetados para uso infantil. Fátima ahora alerta a otros padres: «Ningún tono de piel vale la salud de nuestros hijos». Mientras Nigeria intensifica su lucha contra esta epidemia, el mensaje es claro: la belleza no debe costar la vida.