La Justicia británica declaró culpable a Paul Fitzgerald del asesinato de Richard Huckle, considerado “el peor pedófilo” del Reino Unido, tras haber abusado de casi 200 niños.
El jurado del Tribunal de la Corona de Hull declaró culpable a Paul Fitzgerald por acabar con la vida de Huckle, y le impuso cadena perpetua con una pena mínima de prisión de 34 años.
Fitzgerald aseguró que quería hacerle sentir a Huckle lo que vivieron sus víctimas, por lo que lo estranguló, torturó y violó, acto que él consideró como “justicia poética”.
El crimen
El condenado violó a la víctima con un utensilio de cocina, le metió un bolígrafo en la nariz hasta llegarle al cerebro y lo estranguló con un cable eléctrico. Aunque también presentó signos de golpes en la cara, riñones y una herida de puñal en el cuello.
“Este caso involucra una conducta sádica. Estoy seguro de que tomó la decisión consciente de matarlo y cometió un asesinato a sangre fría”, señaló el juez.
A lo largo del juicio que duró cinco días, Fitzgerald declaró que había decidido matar a Huckle una semana antes del crimen; y agregó que tenía planes de matar a otros reos, pero “se estaba divirtiendo demasiado con él”, al punto de querer cocinar partes de su cuerpo.
Durante el juicio que duró cinco días, Fitzgerald al comienzo negó las acusaciones culpando los hechos a los problemas mentales que sufre, pero luego tras ser declarado culpable solo se rió.
“Mi problema es que simplemente no tengo la capacidad de controlarme”, declaró.