Con la llegada del covid-19, Cuba ha tenido que luchar en contra del encrudecido bloqueo estadounidense; que ha impedido el paso de ayuda humanitaria al país caribeño. Aunado al no tener un rápido acceso a materia prima para el desarrollo de sus tecnologías en vacunas anticovid.
A esto se suma, un constante ataque de noticias falsas con el objetivo de desinformar y discriminar el desarrollo científico en la isla que, a pesar del bloqueo; no ha cesado en crear con bases científicas las vacunas para el pueblo de Cuba.
No obstante, la desinformación y bloqueo al acceso rápido de materia prima para la elaboración del antígeno, no han sido los únicos ataques a los científicos cubanos; sino que además sectores de científicos internacionales, han utilizado información en páginas públicas de los descubrimientos cubanos; para copiarlos sin citarlos, es por esto que denuncian el «robo» de sus ideas.
«Hemos sentido que no se citan nuestros resultados y que aparecen después publicados por multinacionales, sin siquiera citar a nuestra publicación (…) han rechazado artículos de cubanos y después han publicado temas similares elaborados por autores de otros países (…) Es una barrera que tiende a marginar los resultados científicos que vienen generalmente de países pobres»; dijo Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas.
En este sentido, la discriminación al avance científico cubano en contra del Covid-19; es contrarrestada por el éxito de dichos logros. En un estudio realizado por la subdirectora del sitio web de RT en Español, Inna Afinogenova, se informa sobre las vacunas elaboradas en Cuba. Así, datos facilitados por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, quienes desarrollaron la vacuna Abdala; dicen que la eficacia de este fármaco inmunizante, contra el Covid-19 es del 92%, similar a la Sputnik V (97%) y Pfizer (95%).
Asimismo, el Instituto Finlay de vacunas ha comprobado hasta ahora, una eficacia del 62% en su candidata Soberana 02, comparada con la AstraZeneca (76%) o Sinovac (51%) a dos dosis; por lo cual su eficacia podría ser mayor debido a que son 3 dosis.
«Realmente desarrollar una vacuna, en un contexto como el que vive nuestro país, de ser un país bloqueado hace más de 60 años, es un reto extraordinario y que sin duda nos impone buscar alternativas de forma tal que podamos vencer estas dificultades», dijo Verena Muzio, directora de investigaciones del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB).