Las autoridades de Corea del Sur han conseguido detener al presidente Yoon Suk-yeol tras el fallido intento a inicios de enero. La detención se ha producido en la residencia presidencial y, con ella, se pretende interrogar al mandatario, destituido por la Asamblea Nacional, en relación a los hechos vinculados con la declaración de la ley marcial y el autogolpe de Estado a inicios de diciembre. Es la primera vez en la historia política de Corea del Sur que un presidente en el cargo es arrestado.
En este segundo episodio de arresto, según han declarado las autoridades, no hubo resistencia por parte de la seguridad de la residencia presidencial. En el primer intento, por contra, estos mismos cuerpos lograron impedir que las autoridades del Estado ejecutasen la orden de arresto contra el jefe del Estado. A pesar de que algunos diputados del Partido del Poder Popular (PPP), el espacio oficialista, intentaron impedir el acceso, no lo lograron.
En la primera intentona, grupos de simpatizantes del presidente de Corea del Sur se concentraron en los alrededores de la residencia presidencial portando banderas estadounidenses y carteles con el lema “Stop the steal”. Tal como ocurrió con Trump en Estados Unidos, sectores favorables al presidente surcoreano han defendido la tesis de que las elecciones legislativas de abril del 2024 constituyeron un fraude. En aquellos comicios, el PPP sufrió un varapalo.
Acusación
El presidente Yoon enfrenta acusaciones de insurrección y de excesos en el uso del poder como consecuencia de haber ordenado que tropas del ejército surcoreano se desplazasen a la Asamblea Nacional durante el autogolpe. Yoon pretendía detener legisladores que se opusieran a su ley marcial, incluso de su propio espacio político, el PPP. Según la narrativa presidencial, la imposición de la ley marcial buscaba restituir la funcionalidad del Estado limitando la capacidad del Partido Democrático (PD), principal bloque opositor, de usar su mayoría en la cámara para frenar la agenda de gobierno del presidente de Corea del Sur
Tras el exitoso arresto, las autoridades de Corea del Sur disponen de 48 horas para interrogar al presidente sobre los hechos acaecidos el 3 de diciembre del 2024. Pasado el interrogatorio, Yoon puede permanecer detenido un máximo de 20 días. No obstante, según trascendió, Yoon Suk-yeol se negó a declarar y rehusó que las entrevistas sean grabadas. Los abogados del presidente de Corea del Sur insisten en que la orden de arresto es ilegal, pues la emitió un tribunal no competente, y lo calificaron como “líder de la insurrección”.
¿Y ahora?
Se espera que Yoon Suk-yeol permanezca en el Centro de Detención de Seúl, el mismo en el que se retuvo en 2017 a la expresidenta Park Geun-hye tras su destitución. El futuro del presidente de Corea del Sur queda todavía en manos de la Corte Constitucional, encargada de deliberar y ratificar (o no) la destitución aprobada por la Asamblea Nacional.
Tras el autogolpe de diciembre del 2024, las expectativas electorales del PPP se han visto considerablemente afectadas, y es probable que, en unas hipotéticas elecciones presidenciales anticipadas, sea Lee Jae-myung, líder del PD, quien se alce con la victoria. No obstante, las últimas encuestas muestran un ligero repunte de la derecha anticomunista del Partido del Poder Popular, aunque a priori insuficiente para conservar la Casa Azul si hubiera elecciones en 2025.