por: Osly Hernández
El Covid-19 tiene al mundo a sus pies. Desde su aparición ha captado por completo la atención de todos los sectores que manejan la súper estructura del poder hegemónico: gobiernos, mercados, medios de comunicación y hasta la iglesia. En el mundo, no ocurre otra cosa más que “nuevos casos”, “nuevos países”, “más fallecidos”. Pero en la cresta de esta ola, algunos mensajes completamente bloqueados por las maquinarias de la comunicación de la llamada, por la escuela de Frankfurt, “Industria Cultural”, han encontrado la manera de mundializarse.
Hemos visto cómo los villanos tradicionales de Hollywood: los comunistas, los chinos, los rusos, los cubanos; han salido a la batalla para responder de manera solidaria a quienes siempre votan en su contra en los organismos multilaterales (Unión Europea y demás gobiernos edulcorados). Sus armas para la invasión comunista son medicamentos, especialistas de la salud y métodos probados para salvar vidas en tan compleja coyuntura.
Vimos como mientras China tomó las medidas más extremas para proteger a su población, aún a costa de importantes pérdidas en sus mercados, los países alineados con Estados Unidos siguieron la comparsa del Sherif, quien insistía en proclamar al Covid-19 como una “gripecita” que pasaría sin pena ni gloria, mientras hacía bromas con su personal de gobierno cuando estornudaban. Los más de 55 mil contagiados en este país y los casi siete mil fallecidos en Italia, seguro tendrán otra opinión.
Otro interesante suceso es la manera como la Unión Europea respondió a los países que la integran. La completa indolencia y el robo de insumos entre países dan muestra de lo debilitada de la “Unión”, la cual considero será la primera víctima institucional de este episodio. Y es que el virus no sólo acaba con la vida de personas con sistemas inmunes débiles, sino seguro hará lo mismo con instituciones que ya mostraban síntomas de “bajas defensas” (recordemos que Reino Unido anunció su retiro de la UE en Enero 2020).
También un detalle que no se escapa, es el desesperado interés por la maquinaria mediática por señalar al virus como el “virus chino”. Aún cuando no se tienen pruebas de su origen real y cuando China ha señalado a EE.UU como potencial causante, llama la atención que el Gobierno chino sólo soltó su tesis en respuesta a las declaraciones de Trump. No antes…
En relación a las declaraciones de muerte al Capital y nueva luz para los pueblos, no creo que ello aún sea posible. Mientras el sistema financiero esté hegemonizado por la Banca norteamericana y la moneda de mayor fuerza aún siga siendo el dólar, hay mucho camino que andar para ese cambio que las mayorías poblacionales anhelamos. Más bien considero que se debe seguir muy de cerca los próximos anuncios de fortalecimiento de nuevos monopolios, quiebra de algunos sectores económicamente más débiles y de nuevo recomposición del capital. Tal como ocurre siempre tras eventos de esta naturaleza. Recordemos que si el plan era reducir la población adulta mayor, siguiendo la orientación de la presidenta del Fondo Monetario Internacional, estamos solamente ante la ejecución del plan. Nada más.
Ahora bien, lo que sí puede ocasionar un nuevo escenario es el papel que los países de la Unión Europea pasen a jugar en relación con China y Rusia; la capacidad de activación de la industria y comercio Chino (mientras EE.UU deba pasar a su fase de aislamiento) y la recomposición de nuevas alianzas comerciales. Es decir, que salga el “tiro por la culata” y los atacados salgan fortalecidos, lo que también abre la puerta a una jugada desesperada de EE.UU de alentar una tercera guerra mundial para el control de nuevo de la situación.
Por último, siendo venezolana y viendo la manera cómo el gobierno del Presidente Nicolás Maduro ha manejado la situación, debo decir que me siento tranquila de estar en este pedacito de tierra. Exaltar ante todo el método y la manera como el Carnet de la Patria ha servido para hacer el descarte masivo de posibles casos y la respuesta inmediata del sistema de salud ante las alarmas que genera el sistema. Al respecto, sugeriría que las madres y padres puedan declarar también el estado de las y los menores de edad en el núcleo familiar, para hacer aún más amplio el diagnóstico.
Luego, la articulación con toda la institucionalidad para concentrarse en: campaña masiva de información a través de todos los medios disponibles; despliegue en las calles de autoridades para garantizar el cumplimiento estricto y riguroso de las medidas; uso de los vehículos blindados de la Guardia Nacional para la desinfección vías principales de comunicación; aplicación de medidas extremas en mercados y espacios que necesitan seguir abiertos; y, por supuesto, la disciplina -por conciencia unos, por terror otros- de nuestro pueblo, que ha mostrado su madurez. Mientras algunos ricachoncitos ignoraron las medidas y se convirtieron en los primeros portadores, el pueblo de a pie se protege y de manera amorosa, jocosa y combativa se queda en su casa.
Por último, la aplicación del internacionalismo proletario que lleva a la eficiente articulación con los países aliados para acceder a los insumos necesarios, incluso de manera preventiva y por encima del criminal bloqueo impuesto por los EE.UU.; hoy, por cierto, cuestionado por la ONU y la UE y de complemento, el envío de personal venezolano a los países más golpeados por la pandemia, siguiendo el ejemplo que Cuba, China y Rusia dio.
Tocará esperar algunas semanas para continuar aportando en el análisis y evaluar si las proyecciones toman un nuevo curso. Tocará esperar en casa, con el cerebro activo y la dignidad en alto.