Con abucheos y un repentino corte de luz fue recibido el presidente de Francia, Emmanuel Macron, cuando se disponía a visitar una fábrica de madera en la localidad de Muttersholtz.
Luego de meses de fuertes protestas contra la reforma de las pensiones, aprobada por el Gobierno francés el pasado mes de marzo, Macron busca acercarse nuevamente a la población. Sin embargo, los resultados no son los esperados para él.
El mandatario visitó la fábrica Mathis, que es la encargada de los trabajos de preparación de los Juegos Olímpicos de París 2024.
En esta visita, Macron hablaría con los trabajadores; pero en medio del recorrido se registró un corte de electricidad, que quedó grabado y fue transmitido en directo por canales de televisión franceses.
Según las primeras hipótesis, se trató de una acción preparada por los sindicatos que se oponen a las políticas del presidente francés. Principalmente por la recién aprobada reforma que aumenta la edad oficial para la jubilación.
Según medios locales, la Confederación General del Trabajo (CGT) local no niega haber sido la responsable del incidente e incluso reconocieron que “estaba entre las opciones barajadas”.
Los sindicatos franceses rechazan que, además, esta reforma de pensiones quedó aprobada sin pasar por la votación de la Asamblea Nacional. Por lo que ahora Macron busca las maneras de acercarse a la población y volver a conectar con los franceses.
Se tiene previsto que, para este jueves, el presidente viaje a Hérault donde atenderá asuntos educativos; ya que los próximos objetivos del mandatario son una serie de reformas para la reindustrialización, la educación y la sanidad.
Manifestantes esperaron a Macron con cacerolas
Previo a la llegada de Emmanuel Macron a la fábrica de madera, un centenar de manifestantes se concentró en las afueras del lugar con cacerolas. Aunque, antes de su llegada la policía los dispersó a unos 200 metros del lugar.
“Queríamos verle, pero como no quería escucharnos hemos hecho ruido“; dijo uno de los manifestantes a un canal de televisión.
Por su parte, Macron respondió y dijo que “no son las cacerolas las que hacen avanzar a Francia”.
“Me interesa lo que permitirá a nuestros compatriotas vivir mejor. No tengo derecho a detenerme. Si vivimos en una sociedad en la que solo escuchamos a la gente que quiere hacer ruido (…) no lo conseguiremos”; precisó.