Comisión Nacional de Tierras: democracia, unidad y justicia | Por: David Hernández
Ezequiel Zamora alguna vez lanzó una poderosa frase que reza así: “Tierras y hombres libres, elección popular y horror a la oligarquía”; esto en un contexto histórico que necesitaba de un poderoso líder y un poderoso movimiento para vencer a la rancia godarria que había conquistado el Poder, luego de la guerra de independencia. De ahí viene el movimiento campesino venezolano, de la necesaria construcción de unidad para la liberación definitiva de la patria que Bolívar soñó.
Años de luchas, sacrificios, muertos y enfrentamientos por la tierra ha sufrido Venezuela, y es precisamente con el comandante Hugo Chávez que un auténtico y real proceso de democratización comenzó, con la implementación de un marco jurídico que permitió sentar las bases para un proceso ordenado, organizado, legal y con acompañamiento del Estado y sus instituciones. La Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, es el contrato social revolucionario para la justicia y la paz en el campo, en la cual, todos y cada uno de los que trabajan la tierra están amparados.
A lo largo de los últimos 20 años, el movimiento campesino venezolano ha enarbolado la defensa de la Ley de Tierras como herramienta jurídica que los ampara, para ello, se han generado cientos y cientos de organizaciones populares que han permitido empoderarse del marco jurídico y ejecutarlo, algunas veces en paz y otras veces a la fuerza; quedando claro que la guerra contra el latifundio no comenzó recibiendo flores de un lado ni del otro, sino con el enfrentamiento entre quienes aspiraban el derecho a la tierra y quienes se resistían a perder el estatus quo, como clase dominante y gobernante por más de 200 años.
En este sentido, la unidad ha sido clave, punto pendiente en la agenda popular, señalado por el comandante Chávez en el año 2003 cuando planteó lo siguiente sobre la unidad del movimiento campesino:
“Movimientos campesinos hay muchos, corrientes campesinas hay muchas, rivalidades entre algunos, es necesario poner de lado las cuestiones pequeñas, es necesario que pongamos de lado los intereses de algún sector o de alguna persona, o las ansias de protagonismo de alguien, o las rivalidades viejas de otros tiempos que algunos siempre pretenden traerlas de nuevo, no, dejemos atrás el divisionismo, dejemos atrás el anarquismo y luchemos de verdad por un solo movimiento campesino venezolano, que de una gran batalla por su liberación”.
Nueva era Transición al Socialismo
La historia avanza, los procesos humanos, políticos, económicos y sus contextos cambian; y así 19 años después de ese manifiesto y llamado de atención para la clase campesina a la construcción de unidad, el hijo de Chávez, el presidente Nicolás Maduro, interpreta y sintetiza esa proclama para levantar la bandera de la unidad campesina con métodos democráticos, participativos y protagónicos como lo establece nuestra constitución bolivariana.
Es por eso que en agosto de 2022 el presidente Nicolás Maduro aprueba la creación, mediante punto de cuenta, de la Comisión Nacional de Tierras (CNT), como un órgano consultivo del poder popular, para la consolidación de políticas públicas en materia de regularización de la tierra, pero también como un espacio amplio y democrático donde se puedan discutir los principales problemas y desafíos del sector agroalimentario en el país.
Una instancia del poder popular integrada a la Gran Misión AgroVenezuela y por tanto, un instrumento con capacidad de articular directamente las orientaciones estratégicas que en materia agroalimentaria viene trazando nuestro presidente, en respuesta a las necesidades y realidades locales.
“Estoy firmando un punto de cuenta para proceder a la creación de la Comisión Nacional de Tierras (CNT), como un órgano consultivo y participativo, para profundizar la política de regularización de la tenencia de tierras con vocación agrícola”.
La CNT nace como un espacio necesario para la discusión con el poder popular en todas sus expresiones de la vida productiva agrícola, pecuaria y pesquera del país, donde se darán cita todos los sectores; campesinos, agrourbanos, pescadores, acuicultores, ganaderos, agremiados, entre otros, quienes están llamados a participar en un proceso democrático inédito en el país.
Se elegirán bajo el método de elecciones de primer grado de forma universal, directa y secreta a 1.136 voceros y voceras a nivel nacional, quienes serán votados desde cada parroquia del país; cada parroquia elegirá a un vocero o vocera, quienes, a su vez, elegirán en elecciones de segundo grado a los 335 voceros o voceras de los municipios, siendo uno por cada municipio. Posteriormente los voceros parroquiales y municipales ya definidos se reunirán en una gran asamblea estadal y elegirán en segundo grado de forma secreta a un vocero por estado, constituyendo así una vocería nacional de 24 hombres y mujeres.
Un espacio amplio, constituido por 1,495 hombres y mujeres trabajadores del campo y las ciudades agroproductivas, quienes serán los responsables de conformar la Comisión Nacional de Tierras, donde todas las organizaciones podrán participar en igualdad de condiciones. El próximo 20 de noviembre serán electos los voceros y voceras parroquiales, donde miles de personas participarán para elegir democráticamente a su vocería.
El presidente Nicolás Maduro ha sido enfático en señalar que; “no voy a aceptar ningún tipo de acto anarquista para la tenencia de las tierras. Todo, pero absolutamente todo, tiene que ser consultado, organizado y planificado, para que se actúe con justicia e igualdad”, es ahí donde la CNT juega un papel central en la organización popular, aportar en la solución de los conflictos y establecer parámetros para el acompañamiento de los problemas, y así, buscar soluciones en colectivo apegadas a la ley y a la necesaria lucha reivindicativa histórica del movimiento popular campesino que aún sigue vigente.
La clase campesina está llamada a asumir la CNT como un espacio de unidad programática en torno a la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario y a nuestra Constitución, para la conquista definitiva de la paz en el campo, para generar una agenda concreta de acción que contribuya a la sistematización y ruta resolutiva a los principales problemas del campo y continuar la senda de Zamora; “Tierras y hombres libres, elección popular y horror a la oligarquía”. Tierra para quien la trabaja, democracia plena y revolucionaria y lucha por la equidad en el campo.
DAVID HERNÁNDEZ