Durante 2020, más de la mitad de todos los asesinatos de activistas de DD.HH. en el mundo ocurrieron en un solo país: Colombia.
Según el informe de “Análisis Global 2020”, la nación sudamericana es el territorio más peligroso para quienes defienden los derechos humanos.
El año pasado fueron ejecutados 331 activistas en todo el mundo, y 177 de todos ellos fueron en Colombia, lo que representa el 53,47%.
La cifra supera exponencialmente la situación en países en guerra como Afganistán, Irak o Siria.
Después de la nación neogranadina, le sigue muy lejos Filipinas con 25 asesinatos en 2020. Mientras que en la escena latinoamericana, después de los 177 ejecutados en Colombia, le sigue Honduras con 20, México con 19 y Guatemala con 15 asesinatos.
Pero el vecino país, acostumbrado a las grandes hazañas negativas, no fue el primero solo en 2020. Por segundo año consecutivo destaca en la cima de esta mala competencia.
Bicampeón mundial
En 2019 el mismo “Análisis Global” colocó a Colombia como el país más peligroso para los defensores de los DD.HH., ya que esa vez fueron ejecutados ahí 106 de los 321 asesinados en todo el mundo.
Visto el panorama en un gráfico de barras, la nación gobernada por Iván Duque destaca como una espigada columna que se alza parecida a un enorme rascacielos de muerte entre los demás países.
Este récord lamentable, en el que Colombia figura como “bicampeón mundial”, se añade a ya otras grandes excepciones que hacen al vecino país un caso preocupante.
Además de ser el país donde matan a más activistas por los DD.HH., el vecino país es el primer exportador de cocaína en el mundo, el territorio con la mayor extensión de cultivos ilícitos de coca, la nación con el mayor índice de población interna desplazada, y un paisaje sangriento de masacres rutinarias.