Desde hace dos semanas movimientos sociales estadounidenses como Code Pink y Popular Resistance, entre otros, decidieron ocupar los espacios de la embajada de Venezuela ubicada en el corazón de la elegante Georgetown en Washington DC. EE.UU., con la intención de proteger al personal diplomático que allí reside y en solidaridad con el gobierno de Nicolás Maduro.
Estas organizaciones populares estadounidenses, han demostrado en varias oportunidades, su total rechazo ante el golpe de Estado y las acciones injerencistas por parte de la administración Trump en contra de Venezuela.
Según un medio digital que apoya estas iniciativas, asegura que los protectores de la embajada, han decorado con carteles y pancartas e insisten en que están brindando a los vecinos de Georgetown una buena educación. Una gran pancarta justo encima de la bandera venezolana dice «Pon fin a las sanciones mortales» dirigida al presidente estadounidense Donald Trump.
Desde el 18 de marzo, representantes del autoproclamado Juan Guaidó, con la ayuda de la Policía y el Servicio Secreto, se metieron en el edificio del agregado militar en 2409 California St. en Washington DC, de DC. Ese mismo día, también tomaron el consulado de Venezuela en la ciudad de Nueva York.
El portal commondreams.org señala que según el Artículo 22 de la Convención de Viena (1961) sobre Relaciones Diplomáticas, los locales diplomáticos son «inviolables». Además, el Estado receptor debe proteger los locales contra cualquier «intrusión, perturbación de la paz o menoscabo de su dignidad», por ejemplo: Una toma de control por parte de un no elegido.
El gobierno ciertamente violaría estos principios. Nos guste o no, el gobierno de Maduro es en realidad el gobierno en el poder en Venezuela y está reconocido por las Naciones Unidas. Este plan orquestado por Trump para crear un gobierno paralelo y luego simplemente asumir las instalaciones diplomáticas es totalmente ilegal.