El presidente de los Estados Unidos, Donald John Trump, ofreció este miércoles un mensaje televisado desde la Sala Diplomática de la Casa Blanca en el que volvió a colocar la migración como eje central de su narrativa política. En un discurso marcado por un tono de intimidación, el mandatario responsabilizó a los inmigrantes indocumentados de la supuesta pérdida de bienestar, seguridad y futuro del pueblo estadounidense. Al mismo tiempo, Trump acusó a la administración anterior de haber gobernado exclusivamente en favor de «criminales profesionales y naciones extranjeras que se aprovecharon del país».
En primer lugar, el jefe de Estado sostuvo que las gestiones previas «inundaron» ciudades y pueblos con personas extranjeras, lo cual, según su visión, destruyó los ahorros de las familias trabajadoras. Asimismo, alegó que el sistema anterior promovió el adoctrinamiento de niños con sentimientos de odio hacia la nación.
Según el inquilino de la Casa Blanca, esa política de puertas abiertas habría liberado «niveles de delincuentes violentos nunca antes vistos» para depredar a la población civil y provocar una situación internacional que calificó de «horrible».
La frontera y la seguridad nacional
Por otro lado, Trump aseguró que heredó «la peor frontera del mundo» de manos de Joe Biden. No obstante, alegó que en apenas once meses de gestión logró convertirla en «la más fuerte de la historia del país». El mandatario federal afirmó con vehemencia que su gobierno está «deportando criminales» masivamente y devolviendo la tranquilidad a las ciudades más peligrosas. Incluso, llegó a declarar que en los últimos siete meses «cero migrantes» han cruzado la frontera sur; una afirmación que, sin embargo, no contó con datos verificables ni pruebas sólidas que la respaldaran.
En otro orden de ideas, la migración apareció en el mensaje como el principal factor del deterioro nacional. Trump responsabilizó directamente al demócrata Joe Biden de permitir un ingreso masivo que vinculó, nuevamente sin evidencias, con el crimen organizado y la presión insostenible sobre los servicios públicos. Además, el presidente mencionó la existencia de una supuesta «migración inversa», donde personas no nacidas en Estados Unidos estarían regresando voluntariamente a sus países de origen como resultado de sus políticas de mano dura.
Economía y la ausencia de Venezuela en el radar
Curiosamente, a pesar de las recientes tensiones y amenazas mediáticas contra Caracas, Trump no mencionó a Venezuela en esta oportunidad. De hecho, el mandatario no comentó nada sobre sus planes de bloqueo naval ni hizo alardes sobre la situación política de la nación bolivariana. En su lugar, prefirió destacar sus presuntos éxitos en la lucha contra el narcotráfico, asegurando que la entrada de drogas por vía marítima ha disminuido en un 94%.
Finalmente, el presidente dedicó un segmento extenso de su discurso a la economía, asegurando que está sacando al país «del borde de la ruina». Atribuyó la inflación y el aumento de precios al saqueo del tesoro público por parte de la administración anterior. Trump prometió que los ciudadanos verán una mejora real en sus cuentas bancarias antes de que termine el año, insistiendo en que está bajando los precios «muy rápido».
En conclusión, este discurso refleja una estrategia política que combina la criminalización de los migrantes con un relato de recuperación económica triunfalista, a pesar de la falta de indicadores externos que confirmen tales avances.
