Sinceramente no puedo precisar cuándo fue la primera vez que escuché su particular voz. Lo que sí tengo presente es que en una de las canciones pioneras en mis recuerdos, hablaba de un unicornio azul que se le había perdido. Y, aunque lo había dejado pastando, el mitológico animalito había desaparecido. Metáforas, versos, recursos literarios, citas históricas, referencias, personajes, alegorías, ciencia y mucho amor es la arquitectura de su obra musical. Él ha cantado todas las canciones que ha hecho. Y si algo se le atribuye a Silvio son canciones. Discos, conciertos, giras, trabajos colectivos, libros, películas de cine y obras de teatro, diversos bienes culturales están marcados con su música. Silvio es una leyenda viviente de la Canción y el 29 de noviembre de este agitado año 2020 cumplirá 74 años de existencia.
Silvio Rodríguez Domínguez vio la luz del mundo en San Antonio de los Baños, en Cuba. Allí estuvo, según cuenta él mismo, hasta los seis años de edad cuando va por primera vez a La Habana. Su padre Víctor Dagoberto Rodríguez Ortega ejercía el oficio de carpintero y amaba la poesía. Por su parte, a su madre Argelia Domínguez León, le gustaba cantar.
Su inspiración
Silvio se siente responsable de las ideas que transmite. Esa es, sin duda, una de las particularidades de su trabajo y a la vez, se convierte en el sustento de la Canción como herramienta en la construcción del imaginario colectivo. Lo que se escribe, lo que se canta, debe ser útil, aun cuando en la inspiración no esté premeditado el aspecto pedagógico. Pero la Canción cumple, más allá de la satisfacción estética, una función de carácter educativo y formativo que la hace distinta al resto de lo que se puede apreciar por el sentido de la audición.
Cuando triunfa la Revolución Cubana, Silvio era un adolescente. Tenía 12 años. Y cuando comienza a cantar públicamente contaba con 20 años. Al respecto de sus inicios y de su fundamento dice: “Yo empecé a componer dentro de la Revolución. Empiezo a cantar porque la vida que he vivido me impresiona. Yo no invento las cosas que canto. Puede ser que haya errado en algún enfoque, dependiendo de la opinión de otra persona, pero siempre me baso en la realidad”.
Su canto es reflejo de muchos tiempos. Es muy amplio su mensaje. Hay canciones muy explícitas y otras que, sencillamente, parecieran no comprenderse. Tal vez por ello, en su fase inicial como trovador, hizo el tema titulado “Hay un grupo que dice” (año 1967, es decir la grabó a los 21 años). En el segundo verso expresa: «Hay un grupo que dice que una canción / tiene que ser muy fácil para la razón / que las cosas que digo sólo las sé yo / no han abierto los ojos al mundo / miren que decir eso con tanto motivo / para preocuparse como hay»
Playa Girón
Amante del pensamiento de José Martí -prócer cubano quien se asumió como gran Bolivariano- Silvio Rodríguez también fue a alfabetizar. Fidel Castro, Comandante de la Revolución Cubana convocó a los jóvenes para una inmensa campaña de alfabetización. Eso contribuyó a ilustrar a su pueblo. “Ser cultos para ser libres” es una de las expresiones más preclaras de Martí que, con toda propiedad, ha marcado a todo el pueblo de la mayor de las Antillas.
Con el triunfo de la Revolución Cubana las presiones del gobierno norteamericano se acentuaron contra la isla. Por eso se crean las Milicias Nacionales Revolucionarias, donde además de labores sociales, esta organización cívico-militar, creada el 26 de octubre de 1959, tenía como objetivo proteger al pueblo contra las acciones de grupos terroristas que actuaban en Cuba desde EE.UU. y otros países del Caribe. Silvio fue miliciano.
Luego, al tener la edad para cumplir el servicio militar, Silvio se lanzó al mar. En esa experiencia, a bordo del barco “Playa Girón” – Flota Cubana de Pesca, se hace trovador. Escribe, casi que un diario musical. Más de medio centenar de canciones que armoniza en esa travesía. Temas como “Playa Girón”, “Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol”, “Historia de la silla”, “Érase que se era”, “La primera mentira”, “Ojalá”, “Resumen de noticias” son de sus más conocidas. Y como despedida, compone “Al final de este viaje en la vida”. Hizo 62 canciones en el año signado con el número 1969.
Cuba Va
Curiosamente, el famoso tema “Cuba Va” no es Trova, es Rock. Obviamente, al considerar esta expresión cultural y musical como un elemento de distorsión de la juventud por parte del imperialismo, el Rock fue prohibido en la isla. Sin embargo, su influencia fue innegable. Tres voces, tres cantores, tres estilos, se unieron para hacer tres estrofas que describen a Cuba, sumado a un coro que extiende la palabra “va” como una manera de dejar en claro que Cuba va hacia adelante, con una guitarra eléctrica al mejor estilo del rock británico.
El tema “Cuba Va” nos muestra a Pablo Milanés, Noel Nicola y a Silvio Rodríguez siendo libres. Estos tres jóvenes, junto a Vicente Feliú, Sara González, entre otros, son considerados como los pioneros del Movimiento de la Trova Cubana. En esa visión de generar una política cultural con sello cubano, derivó en la creación del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC). Esa institución concibió luego, bajo la dirección de Leo Brouwer, al Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, reuniendo a todos esos talentos juveniles que le darían identidad a la Nueva Trova Cubana.
Dicho grupo, conscientes de ello o no, creó un estilo de hacer canciones, aunque Silvio dice que la Nueva Canción “es más vieja que andar a pie”. Y es que la Canción Contestataria, la Canción Social, la Canción Urgente que acompaña al pueblo existe desde que surgió la explotación del hombre por el hombre. Ahora bien, La Nueva Canción, como categoría social, se usa para distinguirla de la canción comercial, la Nueva Canción es aliento para la Nueva América que se está gestando, como la soñó Martí, como la soñó Bolívar.
Unicornio
A Silvio, es muy común que en la mayoría de las entrevistas le pregunten acerca de sus motivos reales para componer. Es normal. A la gente le gusta saber los orígenes de las cosas y más si esas cosas, son canciones. Pero con Silvio y por eso hemos hecho esta cita con su canto, en muchos de sus temas conviven los enigmas. A veces es mejor así, porque eso permite mantener activa la imaginación, sin necesidad de que las cosas sean tangibles, contribuyendo entonces a que la esencia de la Canción pueda permear las inquietudes espirituales de quien la escucha.
Sin embargo, el cantautor ha despejado algunas dudas de su obra y ha emitido importantes comentarios acerca de algunas de ellas. Abrí la puerta de este Canto de Patria Grande con Unicornio, una de esas canciones emblemáticas de Silvio. Por eso, quiero cerrar este artículo con su opinión acerca de lo que esa canción aún genera. Silvio Rodríguez expresa lo siguiente: “cuando apareció la canción, el diario “El Mercurio” de Chile, hizo una encuesta preguntando qué era el unicornio para cada entrevistado. Isabel Parra me trajo la página y leerla fue estremecedor. Cuánta razón había en cada una de las interpretaciones: una señora hablaba de su esposo muerto, una niñita lloraba su cachorro perdido…”_
“Creo que descubriendo todo aquello me di cuenta de lo que había escrito. Con Unicornio sucedieron otras cosas extrañas: la escribí a finales de 1980, o en enero del 81, no recuerdo. Lo que sí sé es que el disco fue editado en el 82. Y resultó que el año siguiente, 1983, fue nombrado como año mundial del unicornio por la UNESCO. Entonces comenzaron a aparecer libros, almanaques, agendas y hasta se hicieron peregrinaciones al museo de Los Claustros, en New York, donde se encuentran los cincos famosos tapices de los unicornios. Para colmo, unos pocos meses después, un ingeniero genético inglés consiguió un cabrito con un solo cuerno en la frente. Todo eso fue, y sigue siendo, un gran misterio para mí”.
En la ciudad del crepúsculo dorado
Noviembre 28 de 2020
Marco Sarmiento