Cientos de miles reverenciaron a la Chinita a 316 años de su revelación

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Durante poco mas de 24 horas, la grey zuliana,  en miles de formas y maneras, le rindió honores de Alegría y Paz, a la Reina Morena, Nuestra Señora Virgen de Chiquinquirá.

Maracaibo  se quedó  pequeña, ante los cientos de miles que plenaron los espacios de la capital zuliana, en el marco de la Feria Internacional de la Chinita.

Pero el portento de tan feliz y multitudianria reunión, mas allá de la diversión y el entretenimiento,  ha sido la fe que el pueblo zuliano, le profesa a su patrona.

Al cumplirse 316 años del milagro de la tablita y 83 años de la coronación canónica de la Virgen de Chiquinquirá, Maracaibo y el Zulia entero, celebraron este 18 de noviembre, como epílogo de una linda jornada ferial, la misa en honor a la Patrona de los zulianos.

Amaneceres

Desde la Bajada de la Virgen, la ciudad-puerto y sus hijos, entraron en una frenesí de alegría, que contagió a turistas nacionales y extranjeros, atraídos por el aura de fervor que emana,  la sagrada reliquia, cariñosamente nombrada como la tablita.

Todo estuvo dispuesto para que, por centenares de miles ( las autoridades municipales calculan la participación ciudadana en más de 300 mil almas en pleno festejo de feria), los zulianos disfrutaron en el mas absoluto civismo, de los espacios dispuestos en 5 de Julio, en el casco central de Maracaibo,  incluyendo Santa Lucia, la Calle Carabobo y la plazoleta de la Basílica; además de la masiva participación de los niños en las gigantescos complejos feriales infantiles, dispuestos en los parques La Vereda del Lago y el Ana María Campos.

Serenatas

A las doce de la noche, comenzaron las campanas a darle aviso a la aurora, para que se rindiera a los pies de la Reina Morena, que saldría en su procesión a manera de despedida, sólo hasta el próximo año.

Desde temprano, miles de feligreses acudieron para cumplir promesas y agradecer los favores concedidos por la Virgen Morena, justo antes de la homilía central.

En la misa presidida por Monseñor Azuaje, con el acompañamiento musical de los Niños Cantores del Zulia y los Servidores de María, se le rindió homenaje a los dos santos venezolanos, San José Gregorio Hernández y Santa María Carmen Rendiles, quienes consagraron su vida al servicio de los demás.

En el curso del sereno rito, se destacó la figura de la Virgen María, madre de Cristo, presentada como más que una imagen en la tablita: la mujer que dijo “sí acepto” para servir a Dios.

No hubo rostros de nostalgia y si de mucho agradecimiento, en la feligresía que recibió  la Chinita, paseó con ella por el lago de Maracaibo la regresó  con ella para su resguardo en el Templo de San Juan de Dios, como dueña, señora y Sagrada Dama del Saladillo.

Fotos/video: Nelson Sánchez

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