China y Venezuela: relanzamiento de la cooperación económica | Por: Jesús Faría

Con la Revolución Bolivariana se produjo una profunda transformación de los vínculos internacionales del país. Con el comandante Chávez al frente del país, se rompió definitivamente con la subordinación absoluta a los intereses de los EEUU y se establecieron estrechas relaciones estratégicas con otras naciones y polos de desarrollo en el planeta sobre bases de la cooperación, el interés y beneficio mutuo, el respeto a la autodeterminación de los pueblos.

En tal sentido, se desplegaron relaciones políticas, económicas, culturales científicas con la República Popular China sobre la base de una visión del mundo sustentada en la multipolaridad. La primera ola de acuerdos y convenios de cooperación en todos los ámbitos del desarrollo nacional, que se inició en los años 2006-2007, tuvo un resultado extraordinariamente positivo en términos de avances productivos, industriales, científicos y culturales para nuestro país. Una palanca fundamental de esa cooperación lo constituyó el petróleo suministrado a China y los acuerdos energéticos entre nuestras naciones.

Sin duda, esa fue una de los resortes más importantes para el sostenido proceso de crecimiento económicos y creciente prosperidad social, que se produjo en nuestro país en el periodo 2005-2012.

Es evidente que el proceso de desarrollo estable de las naciones solo puede ser entendido en un marco internacional favorable, de incorporación a bloque regionales, de establecimiento de relaciones estratégicas con potencias amigas y sobre la base del respeto al derecho internacional. Ciertamente, no es el escenario internacional la única variable a tomar en consideración en las estrategias de desarrollo nacional, pero sí representa una condición de enorme importancia. Esto es válido tanto para impulsar el desarrollo, como para ocasionar graves perturbaciones en el desempeño social, económico y político de las naciones.

En el caso venezolano, esto último se manifiesta dramáticamente con la guerra total declarada por el imperialismo yanqui a la Revolución Bolivariana y, en especial, con las políticas de bloqueo económicos que apuntaban al estrangulamiento del país.

Las sanciones económicas de Washington, tan ilegales como criminales, no solo ocasionaron una colosal crisis económica con terribles consecuencias sociales en el país, sino que paralizaron casi la totalidad de los acuerdos de cooperación con el resto del mundo, con repercusiones muy negativas en el desarrollo nacional. Este frenazo fue ocasionado, por una parte, por la acelerada disminución de ingresos del país causada por las sanciones y la incapacidad financiera de mantener los proyectos; mientras que, por otra parte, se suspendieron proyectos a causa de las amenazas reales de severos castigos financieros y comerciales para terceros, que se desprenden de dichas sanciones.

Sin embargo, con as históricas victorias alcanzadas por la revolución bolivariana frente a la agresión yanqui y los importantes cambios en el escenario internacional, se abren nuevamente las posibilidades de activar los mecanismos de cooperación con el resto de las naciones del mundo.

Dentro de los cambios internacionales, vale la pena destacar las tensiones y agresiones generadas por los EEUU contra China y Rusia, el fortalecimiento de los BRICS, el deterioro del escenario económico internacional, entre otros.

Atendiendo a estas nuevas circunstancias y oportunidades, el presidente Nicolás Maduro lleva acabo una importantísima visita de Estado a China con la finalidad de relanzar poderosos mecanismos de cooperación bilateral.

Dentro de estos mecanismos de cooperación destacan, por una parte, los proyectos de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), recientemente decretadas por nuestro presidente, que están concebidas para convertirse en motores del desarrollo productivo diversificado de nuestro país en el mediano y largo plazo. Las ZEE están vinculadas con los objetivos de industrialización, diversificación productiva y de las exportaciones, progreso tecnológico, cadenas productivas y bienestar social para el país.

China es el país, donde se han registrado los mayores progresos en las ZEE como factor de desarrollo socioeconómico, y es, por lo tanto, el mejor aliado para desplegar estos proyectos en nuestro país.

Otro punto central de la agenda del presidente fue el proceso de fortalecimiento y diversificación económica del país más allá de las ZEE. Acá destacan, en primer lugar, los proyectos en la industria petrolera, que aún representa la columna vertebral de nuestra economía y de la cual depende en altísimo porcentaje la recuperación sostenida de la economía nacional. Ante la necesidad de inversiones para recuperar los niveles de producción petrolera, las alianzas con China adquieren una importancia estratégica en razón de los enormes recursos tecnológico-financieros, así como sus inmensas necesidades energéticas.

Asimismo, es necesario subrayar los planes de cooperación en el área industrial, agroindustrial, agrícola, científica, turística… Los daños ocasionados por le bloqueo económico han sido descomunales. El camino a la recuperación se facilitará de manera sustancial en cooperación con un gigante industrial-científico-financiero como China y, además, se producirán avances importantes en la construcción de un nuevo modelo económico basado en la diversificación económica, solidas cadenas productivas, la incorporación de valor agregado a nuestras materias primas, la modernización tecnológica, etc.

En líneas generales, el propósito de todo este esfuerzo apunta a consolidar nuestra independencia tecnológica, elevar nuestra contribución al surgimiento de un nuevo orden mundial y, fundamentalmente, poder elevar los niveles de bienestar material y espiritual de nuestro pueblo.

Finalmente, es preciso destacar la solicitud hecha por nuestro país para la incorporación a los BRICS, que adquiere un lugar muy especial en esta visita presidencial. Nuestra participación como miembro pleno sería de enorme importancia. Sin duda constituiría esto un escudo de protección frente a las agresiones imperiales. Además, abriría nuevas perspectivas de cooperación multilateral en un escenario de grandes dificultades derivado del bloqueo económico. El Banco de los BRICS, por su parte, constituiría una fuente de financiamiento para proyectos productivos.

Nosotros aportaríamos nuestras potencialidades energéticas, además de nuestras luchas por un nuevo orden mundial, porque además de nuestra independencia, nuestra lucha es por un mundo que entierre la hegemonía criminal del imperialismo yanqui. Obviamente, la incorporación a los BRICS por sí misma no constituye una panacea, pero si será una victoria geopolítica de gran importancia para nuestro pueblo.

En síntesis, los resultados de la visita del presidente Nicolás Maduro a la República Popular China representan una victoria muy significativa de nuestra revolución frente a las agresiones del imperialismo yanqui. Esta visita se inscribe dentro de la gran contraofensiva revolucionaria que tiene lugar en la actual coyuntura histórica.

 

JESÚS FARÍA

PSUV.


 

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