China aprovechó el último escándalo de espionaje estadounidense para soltar una de esas declaraciones que adornan el duelo diplomático entre ambas potencias.
El vocero de la cancillería del país asiático dijo en declaración a los medios que: “Cuando se trata de robar secretos, EE.UU. siempre ocupa el primer lugar en el mundo. La cantidad de medios que aplica para hacerlo es alucinante”.
China se comenta así la revelación de que la inteligencia norteamericana espió durante años a los líderes europeos con la ayuda de un país del bloque: Dinamarca.
En la red de espionaje fueron vigilados, entre otros, la canciller alemana Angela Merkel. La reacción de los líderes del viejo continente es al menos demasiado tibia para tratarse de un asunto grave que compromete la confianza que se supone debe haber entre “aliados”.
Una vez se supo esto, desde Rusia comentaron que lo que se sabe es apenas “la punta del iceberg”.
Mientras tanto Edward Snowden comentó desde su twitter que esta vigilancia empezó durante la administración de Obama, y que el actual presidente Joe Biden, antes Vicepresidente, no es inocente y está muy enterado de lo que pasó.
EE.UU.: un mal amigo
Beijing especuló lo que pudiera ser del mundo si los “amigos” espiados por Washington reaccionaran: “Si los aliados de EE.UU. encuentran inaceptable su comportamiento de espionaje, el mundo solo se sentiría más fuerte al respecto”.
Para Wang Wenbin, el vocero de la cancillería china, la trama de piratería estadounidense se basa en “simular señales de estaciones base para acceder y robar datos de teléfonos móviles, convierte apps en unidades de vigilancia, entra en servidores de nube, se conecta a los cables submarinos y coloca instalaciones secretas de recolección de inteligencia en sus embajadas y consulados en todo el mundo con fines de espionaje”.
El funcionario también recordó que desde la era de Trump, EE.UU. “reprime sin sentido a las empresas extranjeras respetuosas con la ley bajo el pretexto de la seguridad nacional”; y añadió que esto “expone plenamente su hipocresía y su naturaleza hegemónica”.
