Por: Adán Chávez
“Pongamos, sin temor, la piedra fundamental de la liberación suramericana, latinoamericana, caribeña, mundial”. Así clausuraba el Comandante Chávez, parafraseando al Padre Libertador, el Foro de Sao Paulo realizado en Caracas en el año 2012, subrayando la necesidad de pasar a una nueva etapa de acciones concretas en la defensa de la soberanía de nuestros pueblos.
Durante estos días, la Patria de Bolívar y Chávez reunió de nuevo a luchadoras y luchadores del mundo en el XXV encuentro de ese Foro, que arriba ya a 29 años como espacio de convergencia de la lucha contra el sistema capitalista, y que este año rindió homenaje al líder histórico de la Revolución Bolivariana en el 65 aniversario de su natalicio.
Esta edición se erigió también en plataforma solidaria con el pueblo de Venezuela, que se mantiene firme, leal al legado del Comandante Chávez y al gobierno del Presidente Nicolás Maduro, frente a las embestidas imperiales con que pretenden doblegarlo.
Esa firmeza es resultado de la conciencia política adquirida en tiempos de un proyecto continental que comenzó a gestarse con la Revolución Bolivariana, y que inspiró las experiencias de gobiernos progresistas en la región. Tales proyectos, cada uno con características propias, permitieron por vez primera que los pueblos tuvieran la posibilidad de elegir sus destinos y participar en el diseño de políticas centradas en el bienestar de las mayorías que antes eran excluidas.
La unidad fue factor esencial para estos logros. Ello no habría sido posible de forma aislada, sin las políticas de integración que, como el ALBA, permitieron articular esfuerzos y recursos para establecer mecanismos efectivos de cooperación en distintas áreas.
Cuando la renovada alianza de las oligarquías nacionales y el imperialismo norteamericano amenaza con borrar las conquistas alcanzadas, y se retoma la perversa Doctrina Monroe para tratar de dominarnos, es imperiosa la articulación de todas las fuerzas progresistas para la construcción de una plataforma antihegemónica, antiimperialista, solidaria, consciente y organizada, que detenga los planes de restauración neoliberal que EEUU está dispuesto a imponer a sangre y fuego a nuestros pueblos.
Sigamos en Revolución permanente para defender a la América Nuestra. Coordinemos, para lograrlo, los esfuerzos de los gobiernos progresistas, de los partidos de izquierda y de los movimientos sociales del continente. Sí se puede.
El triunfo de López Obrador en México, las manifestaciones contundentes por la libertad de Lula, las protestas en Argentina contra las medidas antipopulares de Macri, la victoria del pueblo puertorriqueño en su batalla por la dignidad, la firme resistencia del pueblo nicaragüense para derrotar las criminales acciones de la oposición y los avances de la revolución indigenista del valiente compañero Evo Morales, son muestra de ello. Mientras, nuestra hermana de siempre, la Cuba de Martí y Fidel, se mantiene incólume en su batalla antiimperialista y en el camino hacia la edificación del socialismo.
La lucha antiimperialista es una lucha continental que, tal como se expresa en el Consenso de Nuestra América, debe confluir hacia “un abarcador proceso de integración económica y social”. El mejor homenaje a nuestro Comandante Eterno, cuyo legado nos inspiró en el marco del XXV Foro de Sao Paulo, es avanzar sin vacilación por los caminos de la integración que los pueblos reclaman para construir un mundo mejor; “el futuro de un mundo multipolar en paz, reside en nosotros… para defendernos del nuevo colonialismo, y alcanzar el equilibrio del universo que neutralice al imperialismo y a la arrogancia”.
¡Con Bolívar y Chávez, Venceremos!
Prof. Adán Chávez