El Coronavirus ha sacado a relucir lo mejor y lo peor de la élite económica mundial. La preocupación de los sectores empresariales por los efectos de la cuarentena en la rentabilidad de sus negocios, se ha drenado de distintas formas.
Mientras unos deciden inteligentemente colaborar con los gobiernos, para acelerar la vuelta a la “normalidad”, otros claman desesperadamente por el levantamiento de restricciones para beneficiar sus ganancias.
Tal es el caso del empresario venezolano Lorenzo Mendoza, quien por años se ha vendido como altruista promotor de la «venezolanidad» y hasta hay quienes consideran que reúne las características y posee el perfil de candidato para las próximas elecciones presidenciales, pero en medio de la pandemia, decidió pedir a las autoridades que le permitan vender cervezas a los franquiciados de empresas Polar.
Esta insólita solicitud es justificada por el empresario en la poca rentabilidad de los negocios en durante la cuarentena.
Doble rasero de Empresas Polar
Cabe destacar que Empresas Polar encabeza la industria alimentaria del país, con la producción de víveres incluidos en la cesta básica nacional, productos que por sus altos costos no pueden ser adquiridos por las familias venezolanas y que son sustitutos por otras marcas nacionales a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP)
Esta empresa cuyo eslogan reza: “vida y más ná”, fue también una de las principales promotoras del paro nacional del año 2002, donde cerró sus puertas y despidió a cientos de trabajadores por razones políticas, generando grandes pérdidas que parecieron no importar a su presidente Lorenzo Mendoza.
Las razones del “paro” actual, humanitarias y asociadas a una emergencia sanitaria mundial, colocaron a Polar a decidir entre la Vida y la birra. La birra se impuso ante la vida de millones de venezolanos.