El Fiscal Tarek William Saab ha revelado que el grupo fascista de María Corina es el mismo que hace unos años se hizo conocer como Tradición, familia y Sociedad. Fea, misteriosa y asesina es la historia de esa secta.
En los años de la Cuarta república aparecían por la avenida Francisco de Miranda a la altura de Chacao con unos palos cuadrados que les maltrataban los hombros por el peso de unas pancartas en las que estaba pintado un zancudo y gritaban “Los zancudos pican a los maricos y después te pican a ti y te contagian el sida, hay que meterlos en un falansterio”.
Tiempo después un auto patrulla desembarcó en la puerta de una quinta grandísima de Altamira, unos policías que al entrar encontraron un grupo de jóvenes, en general menores de edad, que disparaban sobre unos retratos del Papa Wojtyla fijados sobre árboles. En los periódicos, sobre todo en El Universal, aparecieron retratos de gente de dinero que se alegraban de haber recuperado a sus hijos, secuestrados por la secta, o clamaban por recuperarlos. Artículos informaron que la secta era de origen brasilero, que las toallas de papel con las que su líder se secaba la frente en días de calor eran objeto de veneración de los muchachos.
Wojtyla era un anticomunista eficaz, contribuyó en grado definitivo en la caída del comunismo, raro era que una secta fascista quisiera matarlo. La causa era la siguiente: se vivían, tiempos de Luis Herrera Campins, la guerra de Las Malvinas y el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, siempre antibritánico, incitaba al gobierno de Galtieri, militar y fascista, de Argentina a tomar las islas. Se le oponía el Departamento de Defensa, partidario de la OTAN. En los Estados Unidos preponderó la OTAN y se le ordenó a Argentina permitir que los aviones ingleses asesinaran a 800 soldados tripulantes del barco Belgrano para que no quedara humillado el orgullo militar británico al que no le había ido demasiado bien frente a los argentinos. Pero surgió un problema, dentro de los militares argentinos había un plan B: si los Estados Unidos le tiraban la partida para atrás a la Argentina se aliarían a la Unión Soviética. Wojtyla ofrecía la solución y para ello viajaría a la Argentina pasando primero por Caracas. Si aquí moría, los Estados Unidos no se atreverían a matar a los muchachos del Belgrano y desatar el plan B.
En los mismos meses oficiales y políticos venezolanos y argentinos mataban gente de izquierda en Centroamérica y eran muertos por esta. Así se evitaba el gobierno norteamericano desprestigios y repudios al regresar soldados norteamericanos dentro de Urnas. En El Salvador era embajador Leopoldo Castillo, conocido como “el matacuras”, debido a que ordenaba el asesinato de sacerdotes, en general jesuitas, y monjas de ideología comunista llamada Teología de la liberación, debido a que nadie fue más comunista que el mesías que dijo “El que quisiere seguirme que reparta sus bienes entre los pobres y venga en pos de mi”. Un obispo no jesuita, Monseñor Romero fue asesinado con un disparo mortal mientras decía la misa y hoy está canonizado. Anexo al matacuras y ejecutante del mismo oficio era Edmundo González Urrutia, agente de la CIA, por lo cual es muy lógico que fuera candidato a la presidencia en la elección pasada.
Como es sabido, Wojtyla no murió en Venezuela. Mientras llegaban a la Argentina las noticias del crimen de los 800 tripulantes del Belgrano decía dos misas con homilías larguísimas drenando así la depresión de los argentinos, desinflando el plan pro soviético. Poco después Galtieri caía del poder y lo substituía el Partido Radical, masónico como Wojtyla, que era además de banquero.
Tradición familia y propiedad estuvo activo en Centroamérica derribando a un presidente y colocando en la presidencia a uno que hoy está preso en los Estados Unidos por narcotraficante.
El matacuras hace televisión mariacorinera en una televisora de Guaidó, Urrutia ya se sabe su trabajo. Detengamos la mirada en lo invisible , en la actitud de la Conferencia Episcopal venezolana. Ha sido antichavista antimadurista con garra pero en esta parada de María Corina no ha alzado su previsible voz para apoyarla.
El rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Arturo Peraza señaló “la oposición no tiene la capacidad de poder articular una alternativa que le dé viabilidad a un esquema de gobernabilidad político”.
¿Casualidades?
LOURDES MANRIQUE
ÚN