En su acostumbrado programa de los miércoles, «Con el mazo dando», el presidente de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), Diosdado Cabello, pidió que se haga justicia con los responsables que promovieron un intento de golpe de Estado contra Nicolás Maduro.
Cabello acusó al diputado a la Asamblea Nacional en situación de desacato, Juan Guaidó y al ahora prófugo de la justicia Leopoldo López, como los principales cabecillas del mediocre intento de alzamiento militar.
«Dieron un golpe de Estado, lo dieron. Levantaron gente armada con fusiles de alta potencia y fueron a sembrar el terror en nuestra Patria. ¿Quiénes? Los mismos de siempre con idéntico resultado: volvieron a salir derrotados y el pueblo volvió a vencer», dijo cabello durante su programa.
Por otra parte, el también primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) denunció que al 80% de militares que engañaron los golpistas para sus intento de desestabilizar al país, les ofrecieron condecoraciones y viviendas.
Cabello aprovechó para felicitar al pueblo que se acercó al Palacio de Miraflores, para demostrar su apoyo a Maduro, apenas se conoció la intentona frustrada de golpe, orquestada por la ultraderecha. También destacó la alta moral y lealtad de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana que se mantuvo firme y no se prestó para las acciones violentas que pretendía la oposición.
«Ellos lo que querían era que nosotros nos volviéramos locos y metiéramos tanques, aviones, bombardeáramos para que hubiesen 400 muertos y decir que la Revolución mató a no se cuántos, pero no le dimos el gusto y le volvimos a dar una pela moral», enfatizó Cabello.
Denuncia
Cabello denunció además que la locura de la oposición en sus actos terroristas, tuvo como resultado un periodista herido por la explosión de un mortero.
«Hoy se ve claramente la explosión de un mortero lanzado por la oposición y fue herido un periodista de un medio de opositor… tratan de echar la culpa al gobierno, pero los videos los desmienten, están llenos de odio»
Además destacó que la derecha no tiene límites cuando se trata de tomar el poder a la fuerza, «hoy en Altamira tenían niños en las protestas violentas a las que ellos están acostumbrados, niños por Dios».