Burguesía sin lucro | Por: Roberto Hernández Montoya

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La burguesía venezolana no tiene fines de lucro. Solo le interesa el poder político para parasitar el Estado.

Falcón es un ejemplo luminoso. Hay ahí un potencial turístico único en el mundo: sierras bellas cabe playas paradisíacas, una riqueza arquitectónica originalísima, una culinaria variada y suculenta, médanos hermosos e insólitos, una península con una sugestiva imagen en los mapas, una población acogedora, un aperitivo exquisito —el cocuy—, yacimientos paleontológicos, un pasado épico que llena bibliotecas. ¿Sigo? ¿Hace falta?

O sea, lo más difícil y costoso está hecho y es gratis. Lo único es que hay poca infraestructura para el turismo. Con todo eso, y más, cabría esperar un capitalismo emprendedor, impaciente por desparramar en sus arcas una cornucopia cómoda. Pero no. Nada.

Comparado con lo que debiera ser obvio, no hay nada. Pero nada es nada. En serio. Hay unas cuantas posadas, iniciativa de particulares talentosos y modestos, algunos hoteles, el más importante de los que recuerdo construido por el Estado, ¿Recuerdas la Conahotu? De resto cero inversión. Menos que cero porque deben.

Lo que sí tiene esa burguesía es una estentórea voz para gimotear. Desde que tengo noticia de eso que por pereza mental llamo “empresariado”, vive llorando porque no hay estímulos, que es el nombre que da a su avidez por el capital que le prodiga el Estado.
Porque en general Venezuela es otro emporio, una riqueza natural apta para un turismo inagotable, montañas nevadas, sabanas, ríos caudalosos, una fauna ubérrima, una flora exuberante, una población hospitalaria, una música desbordante, una cultura embriagadora, una riqueza arquitectónica creativa y de vanguardia, una ubicación geográfica inmejorable, un clima espléndido y equilibrado todo el año, fuera de la ruta de los huracanes, recursos naturales que pida por esa boquita bonita, una población inteligente con formación académica pagada por el Estado. ¿Sigo?

Lo que sí tiene es una avidez que lo apresta para el zarpazo alevoso, la guarimba homicida, la asonada afortunadamente torpe. Acúsome de que no me cae bien esa gentuza.

Ojalá quisiera hacer dinero. Le iría mejor a toda Venezuela, empezando por el propio capitalismo.

ROBERTO HERNÁNDEZ MONTOYA

@rhm1947

Fuente: ÚN.


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