Luego de que el miércoles pasado, el Ministerio de Educación (MEC) bloqueara 338,4 millones de reales (unos 84 millones dólares), destinados a las producción, adquisición y distribución de libros y materiales didácticos y pedagógicos, como parte de los 1.443 millones de reales (unos 384,8 millones de dólares) por el recorte presupuestario anunciado en julio por el Gobierno de Jair Bolsonaro, las calles de más de 150 municipios de Brasil, se desbordaron con miles de estudiantes, trabajadores y movimientos sociales en una nueva jornada de protesta.
Las reivindicaciones también sumaron al rechazo de esta reforma del sistema previsional y los reclamos territoriales de mujeres indígenas. Las marchas son las más masivas tras las convocadas en mayo pasado por el bloqueo de fondos a universidades federales y el sistemático ataque a la educación por parte del gobierno de Bolsonaro, en la nación carioca.
La Unión Nacional de Estudiantes (UNE) expresó mediante un comunicado, su postura frente al proyecto, explicando que jamás la organización fue consultada al respecto:
“El programa Future-se fue construido sin ningún debate previo con los sectores que componen la universidad: estudiantes, profesores, técnico-administrativos, rectores y pro-rectores. Se habla sólo de discusiones con especialistas y empresarios. Eso demuestra a que intereses sirven la implementación de ese proyecto, ciertamente no son los de la educación y del pueblo brasileño”.
Este martes se desarrolló la tercera movilización a nivel nacional por la educación en lo que va de año. Las dos anteriores fueron en mayo, después del anuncio de los «congelamientos» de un 30% del presupuesto destinado a las universidades públicas.