El pasado martes 7 de enero, dos terremotos de magnitud 6.4 y 5.8 se reportaron al sur de Puerto Rico, según el United States Geological Survey (USGS), el cual fue considerado el más potente en golpear al país en un siglo. Específicamente los municipios Guayanilla, Yauco, Guánica y Ponce sufrieron severos daños en estructuras locales.
Inicialmente, desde el 28 de diciembre de 2019, la isla registró una serie de temblores, y el Día de Reyes se reportó un temblor de magnitud 5.8 que atemorizó a los puertorriqueños.
Este sábado 11 de enero fue un sismo de magnitud 5.9 el que sacudió a Puerto Rico, siendo el más fuerte desde el temblor de 6.4 registrado el martes 7 de enero.
Asimismo, la Red Sísmica de Puerto Rico, registró el día de hoy a las 6:01am., un temblor de magnitud 4.2 al sur de la isla, evento ocurrido a una latitud de 17.9688 y una longitud de -66.7443 con profundidad de 9 kilómetros.
Se han contabilizado más de 1.200 temblores en dos semanas y la NASA indicó que algunas zonas de este territorio se han desplazado hasta 14 centímetros.
Ante esta inusual actividad sísmica que padece el Estado asociado a EE.UU., y aun llevando a cuestas el dolor de las tragedias no superadas de los devastadores huracanes María e Irma en Octubre de 2017 donde la respuesta inmediata de atención de Trump fue lanzar papel higiénico a sus damnificados, las autoridades de Puerto Rico ante esta nueva adversidad han declarado estado de emergencia.
El imperio estadounidense que se jacta de considerar Puerto Rico como su colonia nuevamente manifiesta su perverso e infame trato inhumano ante los habitantes boricuas.
La indignación una vez más se hace presente ante la espera de una orden del presidente Donald Trump al Pentágono para la atención de los afectados, el teniente coronel Carlos Cuebas, portavoz de la Reserva del Ejército de EE.UU. en Puerto Rico, dijo a un diario local que están listos para asistir en la emergencia, pero que no lo han hecho todavía porque, distinto a la Guardia Nacional, no respondemos al gobierno boricua, nuestra cadena de mando llega hasta el Pentágono.
El burocrático procedimiento del Imperio para atender a su colonia radica en que para activar la Reserva del Ejército, el gobierno isleño debe determinar la emergencia y luego hacer una petición al federal, proceso que se cumplió, pues la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) está activa en el caso.
La solicitud se eleva hasta el Comando Norte que da, en coordinación con el Pentágono, el visto bueno para ejecutar la misión, en este caso mediante la unidad 430 de Apoyo Logístico que se encarga de instalar y manejar los sistemas; dichas unidades están en Puerto Rico, no tienen que llegar de ningún otro lado, ratificó Cuebas.
“Gran parte de nuestros soldados, nuestros hombres y mujeres en uniforme, son puertorriqueños y han tomado el tiempo para asegurarse de que personas con impedimentos, mujeres embarazadas, personas que tengan algún tipo de condición de salud, puedan tener acceso a esas duchas para que puedan obtener la higiene que necesitan”, dijo el oficial de la Reserva del Ejército de EE.UU.