Mientras Brasil necesita vacunas contra la pandemia, Bolsonaro aprueba decretos que aumentan la tenencia de armas para los civiles.
En el preámbulo de un carnaval atípico en ese país, el presidente firmó dos nuevas órdenes que incrementan el porte de 4 a 6 el número de armas por personas.
En el caso de tiradores o cazadores podrán tener ahora hasta 60 armas sin que para ello necesiten una autorización del ejército.
Estas nuevas medidas generan alarma y crítica en Brasil, un país cruzado por la pandemia, y al mismo tiempo por el drama de ser uno de los países que más mata con armas de fuego.
Gobierno de «armas a tomar»
De acuerdo a lo que reseñan medios internacionales, en poco más de 2 años de gestión, Bolsonaro ha firmado unas 30 normas que desregularizan de la tenencia de armas.
También apuntan que la gestión derechista incrementó en un 65% el número de armas entre la población desde 2018, con lo que Brasil se aproximaría al paradigma estadounidense en donde las pistolas son más un derecho que un emblema de peligro para la sociedad.
Los sectores políticos que se oponen a estas 2 nuevas disposiciones del ejecutivo brasileño esperan que la justicia no los deje pasar.
¿»Armado» de malas intenciones?
Para algunos, Bolsonaro estaría abonando el plan peligroso de armar a la población en vísperas de las elecciones de 2022. Con ello se podría configurar un escenario impredecible de grupos radicalizados en armas intoxicados por teorías de fraude al estilo del asalto al Congreso de los EE.UU.
Esto último no es descabellado para muchos opositores y prensa brasileña, ya que han hecho notar que en ningún momento el presidente del país condenó ese evento.
Esta vocación de Bolsonaro por dar importancia a la legislación de armas en vez de las vacunas pone de relieve de cual lado de la vida está.
Su país es el tercero en el mundo con más contagios de coronavirus y el segundo con más fallecidos; una situación que requiere medidas para salvar vidas y no de decretos que facilitan la compra de recursos para acabarla.