Brasil es el país latinoamericano con más casos confirmados de Covid-19, superando los 16 mil con más de 800 muertes y apenas 173 recuperados teniendo la tasa más baja en ese renglón de toda la región. Esta situación se ve aún más grande por la inacción y hasta irresponsabilidad por parte del gobierno central encabezado por el ultraderechista, conservador, religioso enfermizo y con tendencias fascistas: Jair Bolsonaro.
De «Gripecita» a rezar y ayunar
Jair Bolsonaro se ha caracterizado por sus discursos poco inteligentes y nada carismáticos, pero con el brote del Coronavirus ha sobrepasado el límite de la ignorancia y el oscurantismo.
Algunas «recomendaciones» y declaraciones que ha realizado el presidente brasileño han sido:
- Para el 90% de la población, es una «gripecita» o nada.
- La cuarentena puede provocar un caos social, saqueos de supermercados y representan una amenaza para la normalidad democrática.
- ¿Algunos van a morir?, Van a morir. Lo lamento, lo lamento, esa es la vida, es la realidad.
- Brasil no puede parar y solo pensar en el Coronavirus. Hay gente con cáncer, cálculo renal, mujeres que van a dar luz… Hay que acabar con esa crisis de histeria. Brasil no va a parar.
- Debemos hacer un día de oraciones y ayuno para librar a Brasil del Coronavirus.
«Mi Ministro de salud está loco»
Luiz Henrique Mandetta es el Ministro de Salud designado por el mismo Bolsonaro, quien fuera el experto en salud de su gobierno es ahora una especie de mofa para el pueblo brasileño y para la opinión pública internacional, pero no por estar alejado de la realidad como su presidente y jefe político, sino por querer implementar las políticas correctas de aislamiento y cuarentena social pero Bolsonaro le dice que no.
Para sorpresa de todos el «Pequeño Trump del Sur» acusó a su propio ministro de «poco humilde» y dijo que no lo echaría en medio del brote por no asumir asumir sus responsabilidades.
Una de las cosas que preocupó a la opinión pública de Sudamérica fue el anuncio del ministro de salud el 1 de abril cuando confirmó el primer caso de COVID-19 en las poblaciones indígenas de la Amazonía brasileña, lo que podría ocasionar la desaparición de todas las poblaciones originarias de la Amazonía compartida por 5 países. Pero Bolsonaro decidió «rezar por las almas de los indígenas».
Las «Favelas» se defienden solas
Nadie ha hecho algo por proteger a los sectores más empobrecidos de Brasil.
Pero el noble pueblo brasileño, en su mayoría han tomado las riendas de su propio destino organizándose y han podido contratar ambulancias, fabricar sus propias máscaras y crear toda una red solidaria para hacer frente a la crisis, pues a parte de enfrentar una pandemia enfrentan a la ignorancia de quien los gobierna.
En las favelas están funcionando organizaciones comunitarias encabezadas por líderes sociales quienes hacen frente con la entrega de comida, organización de la cuarentena social y la capacitación de la población y creando espacios de autogobierno popular.
El Supremo Tribunal vs el Supremo Ignorante
Con una disputa clara entre la presidencia del país Federal del Sur de América, los gobiernos locales y municipales, así como también con sus propios ministros está gobernando Bolsonaro, convirtiéndose en el mejor ejemplo del como no se debe actuar frente a la pandemia.
Ante esta situación de vacío, Alexander de Moraes, juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF), ordenó al Poder Ejecutivo «abstenerse de anular decisiones de gobiernos regionales o municipales que adoptaron eficaces medidas restrictivas a la circulación de personas para reducir el número de infectados y de muertos por la epidemia de Coronavirus», permitiendo a los gobernantes locales asumir medidas propias.
Parece que no le queda mucho por hacer a Jair Bolsonaro en el poder, pues se conoció en días pasados de una posible reunión entre jefes militares y autoridades civiles de Brasil para tomar la decisión de suspender de sus funciones al peligroso político y empresario brasileño que demuestra con hechos que la era del oscurantismo no ha terminado.