Luego de una semana de indagaciones en el Congreso de Brasil, comienzan a enterarse de que el presidente Jair Bolsonaro tiene responsabilidad de la gravedad de la pandemia en el país.
La indagación la lleva adelante la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) por la que han pasado el Ministro de Salud, Marcelo Queiroga, y sus anteriores colegas en ese despacho.
Durante las interpelaciones, los parlamentarios han determinado que un “comando paralelo” y sin relación con la salud, agravó la situación de la crisis sanitaria en el país.
Este mando en la sombra, según la CPI, habría sido la responsable en la salida de los ministros Mandetta y Teich, quienes se enfrentaron a la visión negacionista de Bolsonaro ante la pandemia de coronavirus.
Adicionalmente apuntan al mandatario como un factor decisivo en el empeoramiento de la pandemia. La forma de abordar la situación por parte del presidente convirtió al país en el segundo con más fallecidos.
El peso de hacer nada
Las indagaciones de la comisión parlamentaria enumeró una serie de razones que hacen a Bolsonaro el centro de toda responsabilidad por recomendar medicamentos sin eficacia, al oponerse a los confinamientos y al descartar la compra de vacunas para inmunizar a la población.
El desaire del presidente brasileño ante la enfermedad es célebre cuando dijo que la covid-19 era una simple “gripezinha”.
Adicional a estos problemas, se convirtió en un paladín en contra del uso de la mascarilla; y aupó a sus seguidores a no acatar las restricciones sanitarias con la justificación de salvar con ello a la economía.
Después de una semana de trabajo, la Comisión Parlamenta de Investigación considera que el trabajo ha sido muy bueno.
A pesar de este optimismo, no falta la creencia de que el Congreso de Brasil actúa tarde; ya que el país es uno de los casos más afectados por la pandemia en el mundo.
