Con el cierre del año 2021, el supuesto «interinato» que se atribuyó hace 2 años el exdiputado Juan Guaidó también llega a una encrucijada; como parte de la trampa legal que la ultraderecha creó para impulsar la desestabilización del Gobierno constitucional del presidente Nicolás Maduro.
En ese sentido, el pseudoparlamento que mantienen algunos de los exdiputados que estuvieron en el período legislativo 2015-2020, impulsó una nueva maniobra por la proximidad de la fecha que, según ellos, les llevará a instalar otra Asamblea Nacional paralela: el 5 de enero de 2022.
#SesionAN | Asamblea Nacional mantiene continuidad en sus funciones y ratifica a Juan Guaidó, @jguaido, como Presidente Encargado de Venezuela, para seguir en la lucha por elecciones libres y justas.
— Asamblea Nacional (@AsambleaVE) December 27, 2021
De esta forma, el exdiputado Guaidó y sus aliados aprobaron extender la continuidad del presunto Parlamento y del gobierno interino; más allá de la fecha que tradicionalmente cierra el período legislativo en en país, a comienzos de año.
Por esa razón, el documento que la oposición confeccionó a la medida de sus necesidades, bajo el nombre de Estatuto para la transición, ahora es objeto de algunos remiendos para justificar la presunta existencia de una institucionalidad al margen de la Carta Magna y así, poder contar con el apoyo de la Casa Blanca.
Trampa perpetua
Por otra parte, algunos sectores presentaron plantearon en días pasados que la denominada presidencia interina de Venezuela debe mantenerse de manera indefinida; separada del funcionamiento de la «Asamblea Nacional» que ese sector de la extrema derecha conforme desde el 5 de enero de 2022.
Sin embargo, esos detalles no fueron abordados en la reunión de este lunes 27 de diciembre. Con todo esto, la reunión de los parlamentarios autoproclamados es un nuevo intento para extender lo que consideran la vigencia de Guaidó, en el supuesto gobierno interino.
Además, con este movimiento en el tablero de la política paralela a la que juegan los grupos de oposición, buscan mecanismos para construir una justificación; que les permita seguir recibiendo recursos que les han arrebatado al Estado y al pueblo de Venezuela.
Esta etapa está marcada por más divisiones y pugnas internas, como por ejemplo la que representa Julio Borges, otro prófugo de la justicia venezolana a quien Guaidó mantenía como «canciller» del interinato. Hasta que, recientemente, renunció al manifestar profundas diferencias con su antiguo socio.