Ecuador realizó este domingo un simulacro electoral en víspera de los comicios generales programados para el 7 de febrero.
La jornada fue la segunda y última realizada por el Consejo Nacional Electoral de ese país para afinar los detalles del proceso.
Durante el simulacro se evaluaron los sistemas de “transmisión y publicación de actas, resultados, seguimiento móvil y conteo rápido” según reseñan agencias internacionales que siguieron la actividad.
Por tratarse de un evento en medio de un contexto global de pandemia, el proceso también sirvió para “valorar la aplicación del Protocolo para la Prevención de la Propagación de la covid-19”.
En este operativo participaron observadores internacionales, organismos de seguridad policial y militar, así como coordinadores de mesa y de los centros electorales.
Los comicios generales servirán no solo para elegir al nuevo presidente sino también a los legisladores del parlamento nacional y andino.
Las autoridades electorales reiteraron su llamado a la ciudadanía para participar este 7 de febrero en los comicios generales.
Para el proceso desplegarán 271.638 ciudadanos como miembros de mesa. Un dato interesante es que se contempla que el 80% de todos ellos sean estudiantes universitarios.
Progresistas favoritos
El candidato presidencial progresista Andrés Arauz figura como favorito en las encuestas. De acuerdo a varias mediciones, lidera la intención de voto con más de 37%.
Lo interesante es que el abanderado del movimiento indígena, Yahku Pérez superaría al banquero y derechista Guillermo Lasso con 19 puntos y el otro con 18% respectivamente.
Arauz es un candidato apoyado por el expresidente Rafael Correa, que ha sido objeto de una tenaz persecución política en su contra.
Las autoridades locales vetaron su postulación a la vicepresidencia y le inhabilitaron en sus derechos políticos.
La fórmula presidencial progresista ha prometido enderezar el rumbo económico del país el cual se ha visto severamente deteriorado por la administración de Lenín Moreno, un mandatario tan impopular que no era una alternativa sensata para reelegirse.