En América Latina ya perciben al Grupo de Lima como símbolo de una etapa «superada» en la política mundial, de acuerdo a las declaraciones recientes del ministro de Relaciones exteriores del gobierno argentino, Felipe Solá.
En una entrevista difundida por medios y agencias internacionales, el canciller del gobierno de Alberto Fernández; también se refirió al reimpulso de la política exterior de su país con respecto a la región y otros aspectos de la realidad interna del pueblo argentino.
«Estoy contento por la relación que estamos teniendo, superando al Grupo de Lima y las diferencias que se hacían; en base a qué pensaba cada uno sobre Caracas». De esta forma lo manifestó Solá, en torno a las acciones que promueven algunas administraciones de derecha contra el gobierno venezolano.
En los últimos meses el denominado Grupo de Lima se debilitó aún más, con la salida de Perú del bloque conformado por mandatarios de derecha. Este movimiento se produjo tras el triunfo del izquierdista Pedro Castillo, en la presidencia del país.
«Creo que este año es mejor que el anterior, y el que viene será mejor todavía; en cuanto a la división que tenía América Latina cuando llegamos». Así lo dijo el canciller de Argentina, quien se desempeña en ese despacho desde el año 2019.
¿Tibio, caliente o frío?
La postura que ha adoptado Argentina con respecto al tema de Venezuela, desde la llegada de Alberto Fernández, ha recibido críticas tanto en sectores de izquierda como derecha; debido a que no se ha identificado con los ataques que caracterizaron el período de Macri. Pero su gestión tampoco enarbola las banderas revolucionarias de la era Kirchner.
Por otra parte, a Fernández se le ha señalado de mantener una actitud «distante» como jefe de Estado, frente a la situación que atraviesa Venezuela; resultado de las medidas coercitivas unilaterales que impone el gobierno de Estados Unidos y las tensiones internas generadas por la autojuramentación de Juan Guaidó como supuesto «presidente interino».
Sin embargo, el actual gobierno argentino reconoce oficialmente a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela. También ha ratificado que “la única salida es un diálogo con sacrificios de todos y con garantías para perdedores y no solo para ganadores de cualquier proceso que venga”.
Igualmente, la administración peronista de Alberto Fernandez, se opone a la injerencia de factores extranjeros en la situación política venezolana y también cuestiona la acción de la OEA en ese sentido. Sin embargo, causó polémica su apoyo, hace unos meses, al informe de la ONU sobre derechos humanos en la nación bolivariana.