La ansiada fecha del 6D llegó y transcurrió de manera impecable. A pesar de la política norteamericana de máxima presión para un cambio de régimen, el pueblo venezolano, su gobierno y su Fuerza Armada Nacional Bolivariana, supieron resistir la feroz embestida. Con las elecciones parlamentarias le demostramos al mundo dos cosas fundamentales: 1) no somos colonia de nadie y 2) las diferencias de los venezolanos las resolvemos los venezolanos pacíficamente, sin aceptar la tutela de nadie.
Efectivamente, fue el pueblo el que decidió y votó, no un conciliábulo en Washington. Más de 6 millones salieron de forma heróica, desafiando el criminal bloqueo para ejercer su derecho al voto. Y aunque han pretendido relativizar este triunfo, no hay ninguna duda de que se escribió una página dorada de resistencia y participación. Ahora la Asamblea Nacional fue recuperada del nefasto guaidosismo.
Con la renovación del Poder Legislativo nacional, las fuerzas extremistas y antidemocráticas pierden una plaza estratégica, a la que habían convertido en núcleo de la conspiración. Corresponde ahora a los diputados del Gran Polo Patriótico (GPP) recuperar la sindéresis y poner el parlamento al servicio de la patria.
Jóvenes y mujeres
Un aspecto resaltante de esta nueva conformación de la Asamblea Nacional, es que cuando se habla de refrescamiento no se trata de mera retórica. La bancada del GPP literalmente ha significado una verdadera renovación, ya que de los 253 diputados bolivarianos, 42% son jóvenes menores de 40 años. Mientras que 42% son mujeres.
Jóvenes en buena medida formados en revolución que sienten a su patria y al legado del Comandante Eterno, como una llama sagrada que les flamea en el pecho. Con ellos que son el futuro, la patria tiene un futuro promisorio. Y mujeres, como las venezolanas que son sinónimo de lucha, entrega, coraje, dedicación e infinita capacidad de amar. ¿Cómo no van a luchar por su patria, que es también la tierra de sus hijos?
Jóvenes y mujeres, una combinación perfecta para luchar contra la ignominia de estos 5 años de entreguismo, de servilismo rastrero a fuerzas extranjeras. Estos nuevos y fortalecidos actores en el seno de la tribuna parlamentaria, están llamados a trabajar codo a codo con el presidente constitucional, Nicolás Maduro, para enrumbar al país nuevamente por una senda de crecimiento y prosperidad.
Oposición fracturada
En contraste con esta nueva victoria popular, el corolario para la oposición fracturada, ha sido el recrudecimiento de encarnizadas luchas intestinas. Así como el ensanchamiento de las brechas entre quienes conservan algo de sensatez y los extremistas delirantes entrampados en la violencia.
Un analista sagaz, pero insospechable de chavismo, como Luis Vicente León, lo definió de manera brillante: se avecina un proceso de autocanibalización de la oposición. Y ha sido exactamente así. Por un lado Henrique Capriles y María Corina Machado han saltado a pedir la cabeza de Juan Guaidó. Y por el otro Antonio Ledezma desde el exterior califica la derrota del 6D como una tragedia.
La oposición está fracturada. Se volvió a meter un tremendo autogol, llevada por la soberbia y cegada por el odio. Como en 2005 se autoexcluyó por 5 años de la principal tribuna del país. El fabuloso capital político de hace 5 años lo dilapidaron escandalosamente, por su adicción al aventurerismo y los atajos antidemocráticos. Ahora se encuentran en una orfandad total de liderazgo con una plataforma fracturada. Con la derrota del 6D el G4-RP quedó hecho añicos.