A medida que se acerca la fecha límite para formalizar ante el CNE la postulación de las candidaturas presidenciales, vemos como la extrema derecha, recurre a mensajes con contenidos amenazantes y cargados de odio que buscan estigmatizar a todo lo que representa el Chavismo.
Calificativos denigrantes, caracterizaciones falsas de líderes revolucionarios o simplemente palabras escatológicas a quien se atreva apoyar al presidente Nicolás Maduro en esta contienda electoral es el menú disponible en esta fase de la oposición extremista, que busca desesperadamente hacerse de los métodos del nazismo para señalar y perseguir a la población Chavista con promesa de ajusticiamiento.
Como si se tratara de una nueva forma de apartheid la extrema derecha recurre a un discurso de odio, clasista, que busca apalancarse en las emociones primarias del ser humano para generar cohesión a partir del resentimiento. Para lograr esto, recurren a la profundización del bloqueo y las eternas acciones de saboteo preelectoral que garanticen el descontento incorporando a través de operaciones psicológicas al supuesto culpable: Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana.
Mientras que el presidente Nicolás Maduro idea fórmulas para combatir la guerra económica y enfrenta las consecuencias de la criminalización internacional del país, la extrema derecha representada por María Machado concentra sus promesas en la destrucción del chavismo, privatización del país y en general la eliminación de todos los derechos garantizados con la Constitución de 1999 que nos devolvió la identidad Bolivariana y la dignidad de seres humanos reconociéndonos como iguales.
Si no soy yo, no es nadie:
Pero las amenazas y desprecios no son ahora exclusivo para los Chavistas, las promesas de volver a la meritocracia, donde el mérito es poseer un par de apellidos y haber sido ungido por el tío Sam, les da facultad para lanzar también “advertencias” contra todo aquel opositor que se atreva a proponer un sustituto de la inhabilitada: el que lo haga, debe saber que “Habrá consecuencias”.
En este punto es fácil identificar que una vez más la extrema derecha aplica la misma receta: conspiraciones y violencia para evitar el camino democrático de la paz y es por ello que apuestan a las amenazas y al odio como promesa electoral.
INDHRIANA PARADA
ÚN.