José Alberto Socorro Hernández, alias Pepero, capo de la droga colombiana en el centro del país, capturado en la operación Negro Primero que derrotó la incursión terrorista en La Guaira, confesó que fue contratado por la Administración para el control de drogas de Estados Unidos (DEA), para provocar tiroteos entre narcotraficantes y bandas criminales armadas en zonas populares de Caracas, con el propósito de desviar la atención de la operación «secreta» del 3 de mayo en Macuto.
«La DEA pagó plan de tiroteos en Petare como cortina de humo de la incursión terrorista». La misión fue asignada por Orlando Laufer, agente de la referida oficina estadounidense, especificó.
El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, durante rueda de prensa internacional celebrada este 6 de mayo vía videoconferencia, mostró un audiovisual en el que el narcotraficante Socorro expresa que la tarea era “armar caos en varias zonas populares de Caracas, contactando a narcotraficantes amenazados por la DEA para que colaboraran en esta operación”.
Alias Pepero agregó: por eso contacté a Richard Camarano, que es socio y amigo del pran Wilexis, quien maneja las bandas en Petare, para crear un supuesto enfrentamiento con armas de guerra sin ninguna baja para distraer a los cuerpos policiales del Estado y así mostrar su ineficiencia y nosotros poder llegar con éxito a nuestros objetivos que teníamos planteados con los grupos paramilitares que iban a desembarcar en La Guaira”.
De esa manera se confirma la hipótesis de que enfrentamientos armados en cárceles y el populoso barrio capitalino de Petare tenían una motivación política.
