Alianza sospechosa: Fundaredes se enreda en la historia de los 2 periodistas de NTN24 detenidos en Apure

La organización Fundaredes denunció este 31 de marzo la detención de 2 de sus miembros en el estado Apure y de 2 periodistas del canal colombiano NTN24 por parte de la Guardia Nacional Bolivariana.

El activista opositor Javier Tarazona está apuntalando la campaña de que se trataría de una “desaparición forzada” de 4 venezolanos por presuntamente “documentar la violación de los DD.HH. en la zona”, por parte de los organismos militares que operan para defender la soberanía nacional.

Para tratarse de personas desaparecidas, organizaciones como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa ya saben dónde están. Según el gremio, los 4 están en El Fuerte Sorocaima de la Brigada 92 en Guadualito, estado Apure.

Fabricadores de matrices

Uno de los periodistas de NTN24 detenidos sería Luis Gonzalo Pérez, el mismo que en febrero de 2019 divulgó la versión increíble de que la guardia y policía venezolana había incendiado los camiones de la “ayuda humanitaria” de Guaidó por causa de una “bomba lacrimógena”.

Pero los videos en redes y la presencia de Telesur en la zona desmintieron la teoría del potencial “incendiario” de las bombas lacrimógenas; y reveló que fueron los mismos guarimberos quienes prendieron fuego a los camiones. Esta situación desveló 2 cosas: la mala intención mediática de los canales colombianos; y los pertrechos de barricadas que llevaban los camiones que debían cargar comida y medicinas.

A partir de este caso de la detención de los periodistas y activistas, Tarazona, quien se presenta como un desinteresado defensor de causas ciudadanas, busca instalar el relato de la “deliberada” intención de Venezuela de silenciar la verdad de lo que pasa en la zona.

Coincidencias peligrosas

La insistencia de la operación del director de Fundaredes, quien es venezolano, coincide sospechosamente con la matriz de los medios colombianos. Estos a través de historias, opinadores, analistas y testimonios, machacan la narrativa de una desalmada “Guardia de Maduro” que llegó a La Victoria matando a inocentes, saqueando viviendas y haciendo pasar por guerrilleros a civiles al margen del conflicto.

Incluso resulta llamativa la maniobra de trasladar al imaginario venezolano y a la costumbre de la FANB ejercer la dañina y comprobada tradición de las autoridades colombiana de forjar falsos positivos.

Tarazona en sus videos “advierte” que muy probablemente las autoridades militares venezolanas quieran hacer con los 2 activistas de Fundaredes y 2 periodistas del canal colombiano NTN24 un “falso positivo” como según ya habrían hecho antes con una familia en El Ripial que hicieron pasar por guerrilleros.

Al servicio de “su merced”

Sobre los intereses políticos que mueven a Fundaredes y su director, hay pruebas en redes sociales que revelan sus servicios al gobierno colombiano. En 2018 Tarazona se retrató con Iván Duque luego que le entregara un presunto informe que daría cuenta de la violación de los DD.HH. en nuestro país; una munición que sirve para alimentar los ataques constantes de Bogotá a Venezuela.

También habría entregado documentos similares al exdiputado Juan Guaidó, a quien su organización reconoce como “Presidente Encargado”. Al menos estas 2 sutilezas darían cuenta de qué lado opera políticamente y a qué intereses responde este “activista”.

Desde los medios digitales y convencionales, ambas plataformas han venido operando para posicionar matrices que favorecen la intervención extranjera. En el caso de NTN24 y su reportero Luis Gonzalo Pérez lo han hecho divulgando teorías fabulosas de un gobierno desalmado que quema ayudas humanitarias con bombas lacrimógenas; y ahora Tarazona tejiendo la historia de que las fuerzas militares venezolanas violan los DD.HH. de los civiles, omitiendo deliberadamente que defienden la soberanía y son las víctimas del narcoterrorismo del vecino país.

Llamado a la injerencia extranjera

Desde sus cuentas en las redes sociales Tarazona ha llamado a la intervención de los organismos internacionales, al igual que lo hicieron los grupos irregulares a través de audios de whatsapp al comienzo de la agresión en Apure.

Esta maniobra de relatos, que para algunos parecerá un juego sin efectos peligrosos, es una herramienta de guerra. Con estrategias similares de manipulaciones, mentiras o medias verdades en el terreno mediático se han potenciado ataques materiales o la agudización de presión política y financiera contra naciones soberanas que causan víctimas.

Habría que tomarse el tiempo de revisar el contenido de medios colombianos desde el otro lado de la línea fronteriza; para darse cuenta que son el cañón de propaganda de los grupos irregulares y de los intereses de Bogotá.

Si bien los venezolanos pudiéramos estar enterados que la FANB ha recuperado el control de la zona; los informes de la prensa colombiana están dirigidos a la audiencia internacional, gobiernos extranjeros y organismos multilaterales para abultar y justificar con manipulaciones la presión contra Venezuela.

 

 


 

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